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En 2012 el director Francis Lawrence y una todavía novata Jennifer Lawrence lograron con la trilogía de Los Juegos del Hambre hacer que una mujer fuera la protagonista de una de las franquicias más rentables de las últimas décadas.
Esta dupla vuelve este año con Operación Red Sparrow, filme que se aleja de los blockbusters para adentrase en el mundo del espionaje internacional aunque, una vez más, teniendo a una mujer como protagonista, algo que para ambos es un buen síntoma de lo que sucede con las historias que Hollywood quiere contar.
En el largometraje que llega a las carteleras nacionales este fin de semana, Jennifer da vida a una bailarina rusa que, tras un accidente, termina involucrándose —a su pesar— en asuntos políticos entre Estados Unidos y Rusia.
En la cinta, las armas que su personaje utiliza para conseguir información privilegiada y hacer que sus adversarios caigan son su belleza y la seducción.
Como miembro activo de movimientos en pro de la mujer y contra el acoso como el #MeToo o el #TimesUp, Jennifer, señala que, más allá de dar una imagen estereotipada de su género, el filme busca resaltar el poder que las mujeres tienen un mundo de hombres.
“Nunca diría o haría ninguna de mis acciones y mis papeles que no sienta que tendrán un beneficio para cualquiera que irá a ver mi mejor película que empodera a las mujeres, personalmente para mí fue muy empoderadora. Empezamos a hacer esta película hace tres años y los temas no podrían ser más relevantes para la situación actual”, confesó en videoconferencia Lawrence.
En el largometraje, su personaje se convierte en una Red Sparrow, mujeres entrenadas por el gobierno ruso para seducir y al mismo tiempo pelear y ser un arma letal.
La actriz confesó que casi no existen papeles como éste en la industria del entretenimiento, y por esa razón le gustó y aceptó el proyecto hace tres años cuando Francis se lo propuso.
“Lo que me gusta mucho de esta película es que no es el rol de una chica Bond, pero tampoco es una chica Jason Bourne, cada vez que consigue se convierte en una heroína y eso es algo con lo que me puedo identificar. Sus herramientas son las de una mujer, la intuición, el cariño, la sensualidad, eso fue interesante para mí y creo que eso hace a esta película única”, confesó la joven de 27 años.
En un momento de tanta coyuntura para los temas desigualdad y repseto hacia la mujer, Jennifer Lawrence confiesa que siente responsabilidad por cada cosa que dice y cada uno de los trabajos que realiza, por ello asegura que nunca haría ningún personaje que no considere que habla o da una imagen positiva de su género.
“Por su puesto que siento una responsabilidad y al mismo tiempo es importante tener un balance. No queríamos llegar a un punto en el que mezclaramos (en la película) más la política con la industria del entretenimiento. Seguimos en la industria del entretenimieto y al mismo tiempo no creo que alguien deba ponerse el saco con esta película. Esta película no se trata de nuestra opinión política acerca de nada, esto es sólo una historia de ficción. Nunca expondría algo de mi vida personal o mi trabajo que no sienta que será beneficioso”, añadió.