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cesar.huerta@eluniversal.com.mx
Guanajuato.—La cantante Astrid Hadad y la actriz Johanna Murillo integrarían uno de los proyectos cinematográficos que productores mexicanos desean hacer con Líbano en los siguientes meses, si es que todo sale conforme a lo planeado.
Sangre libanesa, título de la producción, fue presentada en el marco del Foro Bilateral entre ambos países, celebrado en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF), que concluye el próximo domingo.
Juan Pablo Bastarrachea (Bellas de noche) se encuentra como productor y Giselle Elías está en la parte de dirección.
“Es sobre la presión social que viven dos hermanas cuando se van un fin de semana a cierto lugar; la comunidad libanesa no ha sido representada en el cine nacional y eso es lo que queremos”, indica.
Líbano es un país de Medio Oriente con 4.5 millones de habitantes, de los cuales un millón ve cine local de acuerdo con datos estadísticos.
La comunidad de dicha nación ha sido únicamente retratada en cintas como El baisano Jalil y El barchante Neguib, ambas protagonizadas por Joaquín Pardavé en la década de los 40.
Actores con esa ascendencia son, entre otros, Salma Hayek, Mauricio Garcés, Gaspar Henaine Capulina, Karina Gidi y José María Yazpik.
Además de Sangre libanesa se presentó Todo lo que tenga futuro, de Laila Haitat.
La historia inicia cuando explota una bomba afectando a la madre de familia, teniendo que quedarse solas abuela y nieta, para conocerse.
“Ella tiene 70 años y la niña 13, la pequeña que es arisca decide investigar y encuentra fotos de la década de los 70, viendo así que su abuela no es un monstruo, sino alguien que esconde mucho dolor”, detalla Haitat.
Ambas cintas se encuentran buscando financiamiento con Líbano, cuyos representantes se vieron interesados en apoyarlos.
En la última década solamente se han estrenado tres títulos procedentes de ese país, en salas nacionales: Caramelo, El profeta (animación, apoyada por Hayek) y 13 mujeres desesperadas.