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cesar.huerta@eluniversal.com.mx
Todos festejan las nominaciones de Guillermo del Toro al Oscar por La forma del agua, pero hay un mexicano que hizo posible la existencia de Cartas de Van Gogh (Loving Vincent) que buscará la estatuilla dorada en la categoría de Película de Animación en marzo próximo.
Gastón Pavlovich (Silencio y El estudiante) es uno de los productores de la cinta que requirió de más de 67 mil cuadros al óleo para contar vida del pintor neerlandés.
Su acercamiento se dio hace más de dos años, cuando el mexicano leyó una nota en The Economist en el que un grupo de polacos estaban haciendo una cinta sobre Van Gogh.
Siendo fanático del pintor, comenzó a buscarlos y meses después, en Los Ángeles, se reunía con los creadores originales y directores: Hugh Welchman y Dorota Kobiela.
“Ellos ya habían hecho la parte creativa de hacer el guión, conceptualizado la parte del arte y tras la plática me convertí en su primer socio porque todos los fondos que tenían se ha bían sacado del gobierno y otras partes”, recuerda Pavlovich.
“A partir de ahí subimos a productores de diferentes partes del mundo, y me metí a la estrategia de terminarla bien y cómo completar el proceso de los cuadros, ellos comenzaron con 40 artistas y terminamos con más de 125”, detalla.
En la categoría de Película de Animación, Cartas de Van Gogh compite con Coco, ganadora reciente del Globo de Oro y que parte como favorita para alzarse con el galardón; Olé, el viaje de Ferdinand, Un jefe en pañales y The Breadwinner.
El que su nombre no figure en los créditos no es importante, subraya Pavlovich, porque desde un principio todos los involucrados han reconocido el esfuerzo y talento de Welchman y su esposa Kobiela.
Y sí aparece el de Fábrica de Cine, su compañía productora.
“Es un experimento muy internacional y como productores habremos seis o siete de diferentes países, pero el crédito, el mérito, se lo llevan ellos, yo estoy más que agradecido de mi participación”, comenta.
“Todos lo aceptamos de esa manera, en su momento lo veíamos como un experimento artístico y el resultado final fue inesperado”.
El productor tiene los derechos del filme en México y España.