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Guanajuato.— Ana y Bruno, la película animada de Carlos Carrera, encabeza un proyecto de doblar a lenguas indígenas títulos mexicanos para exhibirse en las comunidades del país.
María Novaro, directora del Instituto Mexicano de Cinematografía, revela que la cinta será hablada en maya yucateco, para luego hacer lo propio al náhuatl.
“Muchas lenguas no son escritas, sino orales, y por eso más que subtítulos, se pide que se doblen para que puedan ser vistas por niños; ya tenemos los derechos de esta y ahora se está organizando el programa”, señala.
Ana y Bruno aborda la historia de una niña que abandona un psiquiátrico acompañada de un pequeño ser verde y orejudo, encontrando en el camino diversos personajes como una elefante robusta y simpática o un ente hecho con puros relojes.
Silverio Palacios, Damián Alcázar y Regina Orozco fueron algunos de los actores que prestaron su voz al español.
El doblaje de cintas a lenguas es una propuesta de Novaro tras recorridos en comunidades indígenas del país y con la idea de crear públicos.
Coincide con que el 2019 haya sido considerado Año Internacional de las Lenguas Indígenas.
A la par del proyecto de doblaje, comenta, se ha realizado una curaduría de siete títulos, hechos desde un inicio, en alguna lengua indígena.
Entre ellos se encuentran El sembrador, sobre un maestro tzotzil en una comunidad tzeltal; Café, en náhuatl; La casa más grande, hablada en maya y El ombligo de Guiedani, en zapoteco.
“Las vamos a promover por todos lados, en diferentes espacios; empezamos en las ferias de libros de Oaxaca y Guadalajara y estarán en Los Pinos, estamos promoviendo qué otros espacios”.
Y para octubre se anunciará un programa de apoyo a la producción y posproducción de cine indígena y afrodescendiente.
“Estamos también al rescate de algunas películas por ahí, se filma mucho en comunidades, pero donde se atoran es en posproducción; se hace mucho en comunidades de Oaxaca y Chiapas”.
A fines de año se generó polémica tras anunciarse el cese de la plataforma digital Filmin Latino, pero ahora Novaro confirma que ésta seguirá dada la respuesta positiva obtenida.
El proyecto cuenta con más de 2 mil títulos, de los cuales el 65% son mexicanos, siendo el corto Trémulo y el documental Tempestad, los más visualizados.
Novaro confía, a pregunta expresa, que próximamente haya avances en una nueva Ley de Cine. El Imcine está como observador en las mesas de trabajo que se realizan en la Cámara de Diputados. También reprobó la presencia, aunque fuera como asistente, de la Motion Pictures Asociation (MPA), organismo estadounidense que aglutina a distribidores y exhibidores del país del norte.
Y adelanta que se renovará un acuerdo con una aerolínea nacional para que en su contenido incluya cintas mexicanas.