En el libro "María Rojo, de película", editado en 2010 por el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), se cita a Andrés Manuel López Obrador y su opinión sobre los creativos cinematográficos:
“La mayoría de los cineastas, tanto actores como directores, sobre todo los más famosos, son bien reaccionarios y acomodaticios”, dijo la entonces figura dominante del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Si se considera sólo este sexenio, marcado por los embates económicos provocados por la pandemia de Covid-19, tuvo 30 millones de pesos menos respecto a 2019, cuando arrancó el actual gobierno.
“El cine se ha mantenido por inercia”, señala Víctor Ugalde, presidente del Observatorio Público Cinematográfico Rafael E. Portas.
“Se han mantenido los apoyos, pero se han reducido los montos cada vez más y eso produce cierto enojo en la comunidad, partiendo de que el cine es de los nichos económicos, más dinámicos y que generan más movimiento”, comenta ahora Ugalde, quien detalla que por cada peso entregado por la federación, se regresan cuatro durante el proceso de la cadena productiva.
Si en 2016 recibió 10 millones de pesos por parte del gobierno, para las diversas labores que ejecuta, como la difusión, investigación y preservación del cine nacional, este año recibió del Imcine menos de dos millones de pesos, traducidos en las estatuillas entregadas en octubre pasado.
“Vivimos un momento muy difícil, pero estoy convencida de que las tormentas también sirven para muchas cosas. Lo que estamos haciendo es pensar la mejor manera para encontrar una independencia financiera para no estar supeditados”, indica Leticia Huijara, presidenta de la AMACC.
El aviso llevó a que cineastas, actores y actrices, así como productores como Guillermo del Toro se pronunciaran en contra de las acciones gubernamentales.
“La sistemática destrucción del cine mexicano y sus instituciones, lo que llevó décadas construir, ha sido brutal”, escribió Del Toro en su cuenta de Twitter.
La disminución económica que ha tenido el cine en este sexenio también ha impactado a festivales de cine, los cuales desde 2020 pasaron a Profest, figura distinta a Imcine, la cual aglutina certámenes de toda índole y que reparte los dineros.
Morelia, que acaba de cumplir 20 años de vida, pasó de un apoyo de 7 millones de pesos en 2018 a 2.4 millones en 2021; mientras que Guanajuato, en los mismos años, fue de 7 millones a 1.2 millones. Guadalajara, con 37 ediciones a cuestas, transitó de 10 millones en 2018 a 1.7 millones en la versión pasada.
“Ha habido festivales que han tenido que paralizarse y otros que encontrar el camino para seguir como sea”, indica Inti Cordera, coordinador de vinculación de la Red Mexicana de Festival Cinematográficos A.C y director de DOCSMX, certamen especializado en el documental.
“Pero me pregunto si la AMACC y otras instancias debemos trabajar y pensar en encontrar otros modelos de sustentabilidad. No digo que el Estado debe dejar de apoyar, no, debe generar confianza entre quienes estamos en esto, procurar espacios, insumos, pero sí que esto es una corresponsabilidad. Encontrar todos espacios de diálogo y acuerdos, no pensar en blancos y negros, sino que hay una escala de grises”, considera.
De acuerdo con datos oficiales del sexenio pasado, los ya desaparecidos Fidecine y Foprocine, encargados de apoyar cintas de corte comercial y autoral, respectivamente, recibieron en promedio anual y en conjunto de 130 millones de pesos.
Esta cifra representa poco más de 20 millones más al año de lo manejado por el Imcine en 2021 y 2022. Pero contra lo que pudiese pensarse, la diferencia en dinero no refleja grandes sesgos en producción, de acuerdo con las datos oficiales.
Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto (2013 a 2018) las cifras arrojan un promedio anual de 37 producciones, mientras que con López Obrador (de 2019 a 2022), la cifra es de unas 36 entre ficción y largometrajes.
El problema en el actual sexenio es que de las más de 140 películas apoyadas durante cuatro años, cerca de 30 no recibieron los recursos ganados en 2020, pues fue cuando por órdenes presidenciales se extinguieron el Foprocine y Fidecine.
Así que comenzaron los problemas porque el dinero guardado se reintegró a Hacienda, por lo que ahora debe ser desatorado y sumarse a una serie de amparos interpuestos por la desaparición del Fidecine, lo que ha retrasado actualmente la entrega de varios de los recursos.
El Fomento al Cine Mexicano (Focine), nueva figura encargada de apoyar la producción de cine mexicano, que ahora ha abierto su dinero a la exhibición y preservación, ha respaldado 71 largometrajes (44 en 2021 y 27 en 2022), es decir, 35.5 por año.
De acuerdo con María Novaro, directora del Imcine, las cifras conseguidas en apoyos se deben a que ahora el dinero se termina en el año corriente, y antes se depositaba en una fiduciaria.
El futuro, comenta Víctor Ugalde, no se ve positivo. Para 2023 se asignaron al Imcine 293 millones de pesos de presupuesto, es decir, 92 millones de pesos más que el año por terminar.
Pero el especialista advierte que se trata de un espejismo, pues realmente se está aumentando el dinero que permitirá cumplir con los compromisos ya pactados con los proyectos beneficiados durante el último año del “Fide” y “Fopro”, como se les conocía.
También indica que debe tomarse en cuenta el índice de inflación de 10%, lo que atomiza aún más el aumento.
“Esto significa que el incremento a la producción también será inercial en el orden de 6%. De 102 millones de 2022, se pasará a 107 millones aproximadamente. No hay avance presupuestal real y eso es en realidad lo preocupante”, subraya.
30
PELÍCULAS esperan aún recibir el apoyo de los fideicomisos que se extinguieron.
60%
MENOS DE PRESUPUESTO han recibido los festivales de cine más importantes del país desde 2018 a la fecha.
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