Sharjah, Emiratos Árabes Unidos. - “Yo tengo muchas metas que quiero cumplir. Y si Dios quiere, les prometo que todo lo que haga en la vida tendrá mensaje”, dice Jan Ramez con su voz de pequeño de ocho años y la experiencia de una película, “ElBo3bo3”, estrenada en Medio Oriente en junio pasado.
El niño egipcio es la sensación de los presentes. Ha sido asignado como uno de los oradores de la inauguración del único festival de esta región que ha decidido no cancelar debido a los conflictos en Palestina: el Internacional de Cine de Sharjah, en Emiratos Árabes.
“Antes de irme, diré algo más; en mi nombre y en el de cualquier niño árabe, quiero decir a los niños de Palestina que nuestro corazón está con ustedes y que muchas gracias por su aliento”, añade. Entonces todos aplauden al pequeño de cabello crespo y ojos grandes, incluidas algunas celebridades prominentes de esta región del mundo.
Detrás de Jan, en otro momento de la velada, se proyectará en una pantalla a un padre de familia aferrándose al cuerpo de un pequeño de menor edad, que es llevado en brazos a un hospital en Gaza. La imagen no es grotesca; es sensible. Y más de uno de los presentes pondrá nombre a ese niño, incluido el de sus propios hijos.
Tariq Rimawi es un cineasta jordano; su padre y abuelo son de Palestina. Habla con ironía del hecho de que nunca han tenido un pasaporte de su tierra de origen. Él dejó dos hijos en casa, uno de cinco años y otro de tres. Antes de viajar a los Emiratos, el más chico se petrificó al ver el televisor casi por accidente.
“Estaba jugando con su juguete; encendimos el televisor y estaban las noticias. Y vemos a un niño que estaba herido por una bomba y que estaba también sosteniendo su juguete”, cuenta en entrevista. “Para mí, fue una imagen tan fuerte; yo puedo estar tranquilo de que mi hijo esté en un lugar seguro, pero ¿qué pasa con el sufrimiento de esos pequeños?”
Hasta ahora, a sus 43 años, hablar del abandono en Palestina es un tema de todos los días. En 2016, leyó un artículo acerca de una organización por la defensa de los animales que salvó a algunos animales del “peor zoológico del mundo”, ubicado dentro de la Franja de Gaza.
En algún momento, alguien contrabandeó animales a través de los túneles a Gaza, y con ellos crearon un zoológico. “La gente estaba feliz; los niños estaban realmente felices de ver animales por primera vez”, dice Rimawi. “El cuidador regresó a los 51 días, cuando todo había acabado, y encontró que la mayoría de los animales ya habían muerto por el estrés, enfermedades y el hambre”.
El tema salió de las paredes de Gaza: se supo que una persona había momificado los animales muertos para que los niños los siguieran viendo, aunque algunos habían sobrevivido. Es ahí cuando entró un grupo a favor de los animales y los rescató, dejando a los niños encerrados en su jaula gigante de concreto.
Esto sirvió al realizador jordano para hacer la animación “Zoo”, que ha sido presentada varias veces esta semana en el festival, incluida la inauguración y en dos encuentros frente a niños. “¿Quiero preguntar si eso es real?”, le dijo una, antes de escuchar la historia con cierto terror.
Las preguntas de los infantes han sido algo que, reconoce el realizador, le han dado perspectiva desde la primera vez que se las formularon. Fue en Berlín, y él estaba entre nervioso y ansioso por responderlas.
"Un niño levantó su mano, y preguntó algo como: "Sé que los niños en Palestina están sufriendo ahora, pero ¿qué puedo hacer para ayudarlos, qué puedo hacer como un niño?", y esto fue muy impactante para mí, y fue como una gran lección: cómo los niños de países occidentales realmente se preocupan por lo que está pasando en países árabes, especialmente en Palestina, eso me motivó a seguir con estas historias", detalla el realizador que quiere convertir su filme de menos de 10 minutos en un largo.
¿Será prudente llevar a cabo el festival? Esa fue la pregunta que se hizo Sheikha Jawaher bint Abdullah Al Qasimi, la directora del encuentro fílmico. Los Emiratos Árabes Unidos es una federación de Asia Occidental integrada por siete emiratos; Abu Dabi es el más grande, Dubái el más poblado y comercial, pero Sharjah presume de su enfoque cultural.
“Vi que muchos festivales se estaban cancelando, como el de El Cairo y El Gouna (Egipto). No sabíamos qué hacer. Pero como nuestro enfoque está en los niños y jóvenes, no es tanto de entretenimiento sino más bien educativo e inspirador, de aprendizaje. Así que tomamos la decisión y aceptamos el desafío”, detalla.
Si había que continuar, había que tomar una postura. El día uno destacó la noticia en los medios locales: el festival donaría todo lo recaudado a proveer de víveres a la gente en Palestina; además, los actores y realizadores invitados no dudarían en externar su postura.
El primero fue Hussein Fahmy, un veterano egipcio con casi cien producciones encima, al que los asistentes de distintas edades detienen a su paso para pedirle una foto. “Nos reunimos en momentos muy difíciles. Estamos aquí hoy por los niños y jóvenes, y todos nuestros corazones están con los niños de Palestina”.
Luego habló el sirio Samer Al-Masry: “Solo pedimos al Señor que detenga este sufrimiento, esta tragedia, esta guerra, y que proteja a los niños. Es algo muy doloroso”. Lo hizo frente al presentar su cinta, “Éxodo”, sobre una pequeña de su país que mira las estrellas cuando el techo de su casa es derribado por un misil.
“Todo nos está afectando mucho”, profundiza Sheikha Jawaher, la directora del festival. “Confieso que cuando vienen los niños de sus escuelas a ver las películas, veo sus rostros, y miro a los de Palestina muertos. Y pienso, ‘¿qué me está pasando?’ Veo a mis hijos dormidos y pienso, ‘¿cómo están pasando la noche en Gaza?’”.
"Pero con ellos, con los niños hay que hablar. Decirles que la guerra es entre hombres, con soldados y entre ejércitos, no entre personas perdidas en medio de todo esto. Que es algo que lleva ya mucho tiempo, y que si bien cada país tiene su propia postura política o de ideas, creo que todos, sin importar el origen, privilegiamos el mismo pensamiento desde un punto de vista humanitario".
Laila Elwi es la diva del evento. La actriz egipcia ha filmado más de 70 películas y ganado un tanto de premios, incluido el más prestigioso del Festival de El Cairo. Ella lanzó un llamado a todo árabe dedicado al cine: hacer una película sobre Palestina que pueda ser vista en Occidente.
“Seguramente no encontraremos una producción occidental que nos respalde. Será una producción árabe, pero podría haber un director y actores internacionales para llegar más al Occidente”, sugiere la egipcia, que trabajaría sin pago.
Al Rimawi, director de "Zoo", secunda la idea del poder del cine: "Las masacres que están ocurriendo ahora en Palestina y a nadie le importa. Lamentablemente, no podemos hacer mucho; así que para nosotros, y para mí como cineasta, la única forma en que puedo hacerlo es haciendo películas que lleven amor, paz y esperanza al pueblo palestino".
Pero esa revolución desde el cine, enclavada en el pequeño Sharjah, es un sueño que la realidad aplasta, de acuerdo con la propia Laila Elwi: "Le digo a cada padre cuyo hijo se ha convertido en mártir: 'Ya está en el Paraíso y desde ahí le dirá: Dios es suficiente, es el mejor protector'", dice entre lágrimas.