El comediante José Alberto Flores Jandete , mejor conocido como "Chuponcito" tuvo una infancia muy dura que le dejó rencores, traumas y momentos amargos en su vida, tras el acoso escolar que vivió en la secundaria.
“En primero de secundaria es cuando vivo los episodios más terribles que pueda vivir un niño”, declaró durante la entrevista que le hizo Yordi Rosado.
“El que me desgarraran la piel, el que me hicieran tomar botes y botes de agua hasta que yo devolviera, el ponerme en una orilla de un edificio, la bardita era así, atormentarme de una manera”.
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Esta situación no se lo contó a su mamá porque lo amenazaron de que la iban a matar, entonces prefirió quedarse callado para que no le hicieran daño, un día sí se atrevió a decírselo pero no le creyó.
Pero después ella le dijo que le contara a nadie este bullying que vivía porque “son capaces de matarlos; por esta entrevista se van a enterar de lo que me pasó de niño, pero ya pasó”.
Cuando vivió esta pesadilla, al humorista ya lo habían separado de su familia sin darle alguna explicación; se lo llevaron a otro lugar, él era el más chico de seis hermanos.
“Me llevan, me dijeron ‘aquí te vas a quedar’, me dejaron en otra casa, sin mi mamá, ni nadie, vivía mi medio hermano, él era conserje, el portero de un edificio, también estaba su esposa y dos hijos.
“En la vida he tenido tantos episodios, pero ese fue doloroso como no tienes idea, solamente quien los ha vivido se puede imaginar el dolor, no porque haya vivido solo, sino por todas las cosas que vinieron que lastimaron mi alma, mi mente y muchas cosas”.
Ya viviendo separado de su familia le empezó a agarrar rencor a su padre porque no iba ni siquiera a verlo, su mamá por lo menos trabajaba en el mismo edificio: iba a lavar y a planchar.
“Mientras ella estaba planchando yo la veía, pero cuando se iba mi mundo se acababa, mi mundo era eso, no entendía por qué se iba porque me dejaba, eso me hizo fuerte porque al irse yo aprendí a hacer ‘chonguitos’ porque no quería vivir situaciones que me afectaran”.
Mientras su madre trabajaba en otro hogar, él la veía cada dos veces a la semana, ella le decía que se portara bien, que esas personas con las que en ese momento vivía Alberto , lo amaban y le iban a dar un futuro.
Después de haber acusado a los bulleadores con su mamá, al pequeño Chuponcito lo regresaron con su familia y el ambiente estuvo más tranquilo que antes.
“Yo tenía todavía el rencor a mi papá porque no me demostraba su amor, aprendí a amarlo una vez que falleció”.
Relató que ya estando grande trató mal a su papá durante sus últimos días de vida, quien le pedía que le ayudara a ponerle el oxígeno, pero el comediante lo humillaba y trataba mal, en su inmadurez.
“¿Por qué eres tan cruel conmigo?”, es una pregunta que le hacía su padre de lo mal que lo trataba “esas palabras no me las saco (de mi mente)”.
“De repente me dice: dame más oxígeno, necesito más, era un terreno en donde vivíamos todos, le digo a mis hermanos que algo le pasa a mi papá, no había celulares, ni nada, tenías que ir al teléfono de tres cuadras a hablar a la ambulancia, que llegó tarde”.
Cuando su padre iba de camino al hospital falleció, algo que lo dejó traumado, por lo que se considera como el peor hijo que pudiera existir, ahora lo extraña. En su adolescencia él se volvió apático.
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Chuponcito nació en el municipio de Nezahualcóyotl , Estado de México , en el año de 1969 en el mismo año su familia se trasladó al Pedregal de Santo Domingo , en Coyoacán, estando ahí recordó que una ocasión cayó en un hoyo en el piso que le provocó una fractura.
Sus padres se conocieron cuando su papá era chofer y su madre hacía de comer; ella se llamaba Juanita y era trabajadora del hogar, él tiempo después fue albañil, pero también llegó a ser caballerango.
“Él era de Michoacán y sabía todo lo que un caballerango era, cómo montar, acarrear, cómo poner los cinchos, las sillas y todo eso”, platicó durante la entrevista que le hizo Yordi Rosado.
Su papá venía de una familia muy adinerada, pero era fiestero y le gustaba irse a los toros, apostar en las carreras de caballos y jugar la baraja.
“No me tocó vivir su etapa de apuestas, sino del trabajador, del albañil que se iba a los chupes”.
Desde temprana edad tenía la espinita de ser artista porque de repente cantaba, en una fiesta le nacieron las ganas de ser payaso, tenía nueve años, lo cual cambió su vida.
Cuando le dijeron que sí se presentara en una fiesta, fue con su mamá y buscó lo que encontraba de dinero para caracterizarse como payaso, ella lo ayudó dándole el dinero que tenía, compró en una papelería pinturas, se puso limón en el pelo y se llevó unos dulces para los demás niños.
Después de ahí cambió su vida para siempre y poco a poco fue cambiando su voz, mientras que lo seguían contratando para fiestas, su primer sueldo fue de 70 pesos con lo que compró mejor maquillaje y tela para sus trajes que él mismo confeccionaba. Jamás estudió para ser payaso.
En otros temas informó que una hora es lo que tarda en maquillarse, quien no tiene habilidad de hacerlo mientras está en el coche, pero desmaquillarse se tarda menos de cinco minutos.
Durante 42 años de estar rasurándose y trabajar con su personaje le ha dejado la piel arruinada, por lo que se encuentra actualmente en un tratamiento para quitarse lo malo de su rostro.
¿Le ha pasado algo malo mientras ha tenido la cara pintada?
Sí le han ocurrido momentos incómodos mientras está pintado de su personaje de payaso, por ejemplo pasarse un alto o chocar con otro carro; los policías generalmente le han pedido tomarse fotos.
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