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En cada pueblo debe haber algún chismoso, y esa es la labor de Mercedes Hernández en "La gran seducción", cinta que se filmó con la participación de Yalitza Aparicio y Memo Villegas.
La película es una reversión de los filmes homónimos, francés y canadiense, de hace una década, en los que los habitantes de un pequeño poblado deben contratar a un profesionista para lograr que una empresa construya algo para ellos.
Entonces todos los habitantes hacen labor para que el elegido se quede con ellos y no se vaya.
“Es un cuento, una gran fábula en un pueblo de México. Yo soy una de las dos mujeres chismosas del lugar, como si fuéramos el periódico de todos”, cuenta divertida Hernández.
La actriz ganadora del Ariel por su trabajo en el filme Sin señas particulares y quien ha colaborado en series como Todo va a estar bien y Somos, señala que el rodaje fue divertido gracias a Villegas (Backdoor).
El largometraje es dirigido por Celso García (La delgada línea amarilla), bajo la producción de Nicolás Celis (ROMA) y con Pierre Louis (Cuando sea joven) integrando el reparto.
Se trata de una de las producciones originales anunciadas por Netflix el año pasado, junto con Fuga de reinas, protagonizada y escrita por Martha Higareda, e Invitación a un asesinato, con la participación de la española Maribel Verdú, el colombiano Manolo Cardona y la mexicana Regina Blandón.
“Esta película la filmamos en la Ciudad de México y fue siempre divertido, contando con la presencia de Memo ahí, pues era imposible no reírse. Es una gran fábula lo que es la historia”, recalca Hernández.
Por ahora Mercedes se prepara con miras al estreno de Huesera, filme mexicano de terror, ganador en Sitges 2022, considerado el festival de cine de género más importante del orbe.
Mayra Hermosillo (Narcos) y Mayra Batalla (Noche de fuego) son las protagonistas de la cinta en la que una mujer se cuestiona sobre la maternidad y qué tan horrorífica puede ser.
Hernández interpreta a una mujer sin hijos, lo cual no es fácil debido a los prejuicios que existen en la sociedad.
“Fue difícil porque cuando escuchaba cómo se hablaba en la película sobre el personaje, me daban ganas de hablar, pero no podía (risas), así que era sólo con miradas. De pronto uno piensa en una escena donde me toca destazar un pollo que la imagen es horrible, porque es así como va a pasar en algún momento algo”, recuerda.
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