“Sigo con problemas de movilidad, pero no dependo de nadie, en lo material nadie me mantiene”, dice a

Se le escucha tranquilo, aunque su cuerpo ha resistido todo: Bono logró superar nueve infartos cerebrales que lo tuvieron al borde la muerte en 2018, a pesar de ello retomó la temporada del monólogo a inicios de 2020; luego, fue hospitalizado por problemas gastrointestinales, en marzo declaró que padecía de una hernia hiatal.

“Sigo con problemas de movilidad, pero no estoy tonto, no dependo de nadie, en lo material nadie me mantiene, nadie me lleva al baño, nadie me baña, puedo vestirme, digo, me tardo tres veces más que cualquier señor, pero sí lo hago, sí lo puedo hacer y eso me gusta más que ser millonario”, detalla de una manera positiva y sonriente.

A pesar de estos tropiezos de salud, el actor, que ahora se apoya de un bastón y tiene limitado el movimiento del lado izquierdo del cuerpo, sigue saliendo al escenario en un monólogo que se ha convertido en su propia marca, pues ha dejado huella en el teatro de México.

Pero este deseo de seguir trabajando y seguir actuando a sus 71 años de edad se ha visto nuevamente interrumpido: dio positivo a , por lo que también se encuentra en casa recuperándose, porque quiere volver a estar de pie ante su público que lo ha apoyado por más de 50 años de trayectoria.

Fuerte, como su madre

El actor reflexiona y nos comparte cómo fue su vida y cuáles fueron sus raíces, que lo convirtieron en la persona que es hoy y que todos conocen. Explica que su historia comienza con el pasado de su madre María Rosa Bono , su ejemplo a seguir, por haber sorteado muchas adversidades.

Doña María Rosa huyó de la guerra española y llegó a México en barco a los 18 años, fortaleza que siempre intentó transmitirle a su hijo.

“Se quedó huérfana en esa guerra y se fue a Francia caminando, de Barcelona tuvo que atravesar los Pirineos y vivó un año aproximadamente, en Francia, luego tomó un barco en donde venía con Manuel Rodríguez Ajenjo, el escritor de ‘ Ensalada de locos’ , y muchos más”, detalla César Bono.

“Llegaron como españoles a México con mucha cultura como Luis Buñuel, mucha gente muy capaz y llegaron a dar sus conocimientos al país. Había gente de todo, artistas, científicos, maestros y de todos y gracias al mejor presidente que ha habido en México que es don Lázaro Cárdenas, él fue quien los dejó entrar…”, recuerda.

César Bono, el actor con más vidas que un gato: nueve infartos, una hernia y hoy Covid-19
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María Rosa Bono. Foto: César Bono

Su madre tenía 18 años cuando tuvo que enfrentarse a una nueva vida en donde se encontraba sola, en un país desconocido; más tarde conoció a su padre, César Queijeiro Estrada , hijo también de un refugiado español que llegó a México a los 14 años.

“Mi abuelo llegó a Veracruz el día que cumplía años. Tengo cuatro hijos y recuerdo cuando veía que mis hijos cumplieron 14 años, pensaba: ‘En la madre, ¿cómo lo mandaron a esa edad?’ Un chavo de 14 años es un niño, no importa si es hombre o mujer, y sí me impresionaba mucho cómo mandaron a mi abuelito a esa edad, porque te mandaban con unos calzoncitos, unos calcetines y ‘órale cabrón, a ver qué haces’, porque no tenía profesión, ni ahorros, ni nada, y fue una persona que la hizo. Mi abuelo vivió muchos años en México, llegó a tener munchos negocios buenos”, detalla.

De la carencia, a los aplausos

Pobreza, soledad y momentos muy difíciles fueron una dura lección que le transmitió su familia para no rendirse ante nada y con pie firme seguir luchando en la vida. El actor comenta que su mamá, quien traía una educación de lectura, lo introdujo a su pasión, el teatro.

“Esta mujer me acerco al teatro. A ella le gustaba leer, se ponía a leer en casa y me decía: ‘Mira ven César, mira como dice este autor en estas cinco líneas’, y me daba a leer nada más eso, y entonces me daba a leer algo que era clave de la historia y entonces seguía leyendo ella y yo esperaba pacientemente a que dejara el libro, y una vez que lo dejaba, yo lo leía, jamás me dijo que quería que lo leyera o que me daba tres día para hacerlo o ‘tienes que leer, no seas burro’ nada de eso, nada más me despertaba la curiosidad (al enseñarme esas líneas) y yo me ponía a leer y de lo que leía las cosas que más me gustaba era el teatro”, dice.

Ese amor y sueño por hacer teatro pronto se vería frustrado por su propio padre quien no quería que se dedicara a eso y deseaba que fuera ingeniero textil para que heredara sus fábricas.

“A mi padre no le gustaba que yo fuera actor, porque él era industrial, cuando nací yo él trabajaba en textiles y cuando crecí, él trabajaba en muebles, tenía fábricas, era el dueño, él quería que yo estudiara en Barcelona, que es donde nació mi madre, en una de esas grandes escuelas de textiles.

“Me decía, ‘te mando a Barcelona, te compro un condominio, para que estudies ingeniería textil y te compro un carro’ y yo le decía ‘no, porque no quiero ser ingeniero textil, quiero ser actor’ y me decía, ‘bueno entonces quédate en México y no te compro carro, ni departamento, ni nada y a ver cómo le haces’…”.

César Bono, el actor con más vidas que un gato: nueve infartos, una hernia y hoy Covid-19
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Familia Bono. Foto: César Bono

Pero gracias a las palabras de su madre decidió no irse por una vida de ensueño todo pagado y decidió quedarse en México y luchar hasta cumplir su sueño de ser actor.

“Si no le hubiera gustado a mi madre mi decisión, si no me hubiera apoyado con lo que dijo mi padre de ‘no te doy absolutamente nada’, me hubiera dicho, ‘no seas animal, vete a Barcelona, que ahí crecí yo y tráete tu título de ingeniero y quédate con la fábrica de tu papá’ y otra cosa hubiera sido, pero me dijo ‘yo te digo que te quiero y te querré con lo que hagas, con lo que estudies”, y por ella me convertí en actor”, señala.

Los años pasaron y Bono hizo realidad su sueño, el cual pudo compartir con su madre por algún tiempo antes de su muerte, en 1986.

“Nací el día de su cumpleaños y ella tenía boletos para ir a ver el teatro, porque a mi padre, en paz descanse, no le gustaba el teatro y a ella le fascinaba, entonces como era su cumpleaños le dijo ‘ahora sí te amuelas y como es mi cumpleaños, después de comer me llevas al teatro’, y entonces acabó de comer y le dijo: ‘¡caray! No voy a poder ir al teatro porque ya va a nacer éste’ y todavía mi padre le dijo: ‘ay sí, el día de tu cumpleaños’ y ella le respondió que sí, y así fue cuando nací.

“Y luego me decía a mí: ‘no pude ir al teatro ese día’ y yo le decía bueno madre, pero yo te invité muchas veces, porque yo la llevaba a los estrenos, a las 100 representaciones y le decía que ese día no fue, pero ya la había llevado muchas veces. Llevo la mitad de mi vida viviendo con ella y la mitad sin ella y la extraño profundamente”, expresa.

Los amores de Bono

A los 23 años, el comediante contrajo nupcias con su primera esposa y madre de sus dos hijas mayores, María del Sol y María Rosa ; aproximadamente 13 años después el actor decidió divorciarse.

Con el paso de los años conoció a Patricia Castro , con quien se casó y procreó dos hijos, Leonardo Patricio y César Patricio, y de quien recientemente se separó.

Las enseñanzas y pilares que le dejaron sus padres y abuelos, de que su familia siempre fue primero, ahora se las transmite a sus hijos y, aunque dice que no les deja las grandes riquezas, sí les alcanzó a dejar un techo en donde pueden vivir en paz.

“Tengo mi herencia siento que protegí a mi familia, no lo que me hubiera gustado, claro me hubiera gustado dejar todo el oro de Trump o de Bill Gates, yo les dejé más que un techo a cada uno, y creo que estuvo bien, traje a cuatro seres humanos a este planeta y los dejo con un techo y con todo mi amor y las ganas de que sean más felices que yo.

“Mi papá me dijo ‘a ver cómo le haces’, y pues sí lo hicimos, digo, no soy la octava maravilla ni mucho menos, pero trabajo hace 55 años, nunca he dejado de hacerlo, no soy el mejor de México, pero si he trabajado con los mejores tanto en lo serio como en la comedia, con el señor López Tarso, José Gálvez, Héctor Bonilla, con muchos, en comedia con 'El Loco' Valdés, con Alejandro y Héctor Suarez, con Chabelo y Resortes, desde que tenía 16 años, ahora tengo 71”.

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