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Finales de la década de los setenta. Ricardo González "Cepillín" estaba en Puerto Rico de vacaciones. Su popularidad competía con la de Chespirito porque su programa de televisión se transmitía en 18 países de Latinoamérica.
De pronto recibe una llamada desde México. Es de la producción del show que hace para Televisa. Le preguntan dónde está. “En Puerto Rico, pero regresó el lunes para las grabaciones”. La respuesta es seca y absoluta: No es necesario, te puedes quedar más días, el programa ya se terminó”.
Este episodio lo contó Cepillín siempre como el final de una larga disputa que tuvo con Raúl Velasco , que entonces era el hombre que levantaba (y tiraba) estrellas en Televisa.
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Antes que eso, el " Payasito de la Tele" había tenido un primer enfrentamiento con Velasco porque este último no lo quiso en "Siempre en domingo" . Cepillín venía de Monterrey, donde tenía una incipiente carrera en la televisión local y estaba en la ciudad de México abriéndose camino con apariciones en el Teatro Blanquita.
De acuerdo con la versión de Ricardo González, Velasco lo rechazó porque no era famoso. “¿Por qué le iba a dar una oportunidad a alguien que nadie conoce?”, le habría dicho el conductor.
Cepillín cuenta que se fue triste pero no derrotado. Volvió a Televisa pero no para tocar la puerta de Raúl sino de Emilio Azcárraga , el dueño y presidente de la televisora. Y a él sí lo convenció de que le diera una oportunidad.
“Al siguiente domingo yo estuve en 'Siempre en domingo' porque se lo ordenaron a Raúl”, contaba el "Payasito de la tele".
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El conflicto no terminó ahí porque a Cepillín le dieron también su propio programa “El show de Cepillín” y eso alimento la animadversión con Velasco.
Así que tres años después, cuando recibió aquella llamado en Puerto Rico para avisarle que su programa estaba cancelado, Cepillín no tuvo duda de que su pugna con Velasco había sido determinante para la cancelación.
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Adiós a Cepillín
Familiares y amigos despidieron al payaso y cantante mexicano Ricardo González “Cepillín” en un funeral a puertas abiertas realizado en la capital. Su hijo Roberto González compartió detalles del último adiós para el artista fallecido en la víspera a los 75 años.
“Las capillas están abiertas para todo el público”, dijo Roberto González. “Así como él se debía al público al igual que nosotros nos debíamos al público, qué mejor manera que despedirse de todos con la capilla abierta”.
Varios admiradores se dieron cita en la sala donde lo velaron, la cual tenía múltiples arreglos florales, incluyendo uno hecho con globos, así como retratos de Cepillín y una ilustración en blanco y negro en la que Jesús lo besa y abraza.
Pese a ser un funeral, el ánimo no era sombrío, sino acorde al carácter alegre de Cepillín. Sus familiares cantaron y lo despidieron con un fuerte aplauso.
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González dijo que el deceso de su padre, quien murió de complicaciones tras una cirugía de la espalda y de que le diagnosticaran cáncer, fue totalmente “repentino” y no les permitió hacer una despedida en vida como habría deseado.
“Lo que él quería era despedirse de toda la gente, haciendo una gira del adiós”, dijo González.
Precisamente uno de los recuerdos más queridos de Cepillín eran sus giras por Latinoamérica, señaló.
“Mi papá siempre pensó en lo grande, no nada más en nivel de México. Ser conocido en toda Latinoamérica, con la gente de Venezuela, de Chile, de Honduras, Guatemala, Puerto Rico, son lugares a donde él le encantaba ir", recordó. "Estábamos en planes de ir a Chile porque era algo que él había pedido. Amaba a todos, se entregaba con todos y hacía lo mejor para estar con todos”.
Ricardo González, quien siempre mantuvo su línea de humor apto para toda la familia, nació el 7 de febrero de 1946 en Monterrey, Nuevo León.
Estudió para ser dentista y comenzó a maquillarse para que los niños no tuvieran miedo en su consulta. Fue justo esta caracterización la que lo llevó a la televisión en Monterrey y después a la capital mexicana.
Era famoso por sus participaciones en programas de variedades, donde su espigada figura, su maquillaje de base oscura con labios blancos y nariz roja, y su aguda voz, lo hacían inconfundible. Durante años fue presentador de “El Show de Cepillín”, primero a finales de la década de 1970 y nuevamente en 2006.
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También actuó en películas como “Milagro en el circo” (1979) y “Las guerreras del amor” (1989), y programas de televisión más recientes como “Me caigo de risa” (2014). Sus discos incluyeron “El payasito de la tele”, “Un día con mamá”, “Vamos a la escuela” y “En el bosque de la China”, con populares versiones de “Las mañanitas” y “La feria de Cepillín”.
Le sobreviven su esposa Aidé Guajardo , con quien estuvo casado por casi 50 años, y sus hijos Ricardo, Aidé y Roberto.
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