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París.— La actriz Catherine Deneuve cumple mañana 75 años consolidada como la actriz más longeva de su generación y convertida en un ícono paradójico de la liberación femenina que, tras años rompiendo barreras, pasó a ser condenada por el movimiento feminista más atrevido de las últimas décadas.
La rubia —teñida— más famosa de la Nouvelle Vague se construyó a sí misma gracias a un perfil misterioso pero “reconfortante” para los adultos de la época, según defiende en una entrevista con la autora del libro Le mythe Deneuve, Gwénaëlle Le Gras.
Le Gras desentraña la doble cara de Deneuve, cuyo carácter fuerte rompió los esquemas al no casarse con los padres de sus dos hijos.
En 1971, fue una de las cabezas visibles de L’Appel des 343 salopes (El manifiesto de las 343 zorras), a favor de la legislación del aborto. En 2013, cuando Francia aprobó el matrimonio homosexual, ella se dijo contraria a la ley.
Catherine Fabienne Dorléac (París, 1943) nació y se crió en una familia de artistas. Aunque debutó en el cine con 13 años en Les collègiennes, de André Hunebelle, el punto de inflexión en la vida de Deneuve llegó en 1967, año en el que rodó Belle du jour con Luis Buñuel, sin apenas cruzar palabra con el director español.
Triunfó con Roman Polanski (Repulsion), director a quien Deneuve no dudó en defender cuando en 2017 éste renunció a presidir la ceremonia de los premios César por la presión recibida por las acusaciones de violación en su contra. Aquello le valió una ola de indignación femenina.