En los 88 años que lleva la Mostra de Venecia, sólo en cuatro ocasiones se ha suspendido la muestra fílmica, tres de ellas a causa de la Segunda Guerra Mundial.
Este año, un nuevo enemigo amenazaba con clausurar el Festival, el coronavirus. Venecia es el primer encuentro cinematográfico de gran formato en la era de la pandemia. Ayer, durante la inauguración de la edición 77, Cate Blanchett, presidenta del jurado, que otorgará el 12 de septiembre el León de Oro, habló de los momentos más complicados que el Covid-19 ha ocasionado en el mundo del entretenimiento.
“Estoy aquí, y lo digo por todos los miembros creativos de la industria que están aquí, en apoyo y solidaridad con los cineastas que tuvieron que completar sus películas en circunstancias muy difíciles”, señaló.
La Mostra de Venecia arrancó en medio de estrictas medidas sanitarias. Ante un Palacio del Cine blindado e invitados con mascarillas, la actriz italiana Anna Foglietta, madrina del certamen, desfiló en solitario por la alfombra.
El cineasta español Pedro Almodóvar volvió a Venecia para presentar fuera de concurso en la Mostra su cortometraje "La voz humana", adaptación del monólogo de Jean Cocteau protagonizado por Tilda Swinton.
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También se recordó al compositor italiano Ennio Morricone, fallecido en julio. Su hijo, Andrea Morricone, dirigió un cuarteto de cuerdas para interpretar “Il tema di Deborah”, compuesto por su padre para el clásico de Sergio Leone, C’era una volta in America. (1984). Estas notas marcaron la velada, durante la cual se rindió homenaje a las víctimas del Covid y se instó al mundo del cine a renacer tras este año negro.