Carlos Vives habla con orgullo de su país, Colombia . Por videollamada, desde Bogotá, invariablemente regresa a los años 90, cuando ya siendo un actor reconocido prefirió apostar por los ritmos tradicionales de su país, como el vallenato y la cumbia, y les dio un nuevo sonido.
Eventualmente se convirtió en un artista internacional, pero incluso cuando no sabía a dónde le llevaría el destino, el colombiano tenía una decisión clara: quedarse en su país. “Mis sueños nunca estuvieron por fuera. A pesar de todos los tiempos difíciles que me tocó vivir como ciudadano, siempre tuve trabajo, siempre tuve a mi familia aquí”, dice.
En Latinoamérica, reconoce el cantante, ese sueño de emigrar muchas veces salvó gente que encontró en otras partes mejores oportunidades.
“No es un secreto que en nuestros países hemos sido excluyentes, no todo el mundo la ha pasado bien. No critico el sueño de aquel que se fue porque cada quien tiene su vida y busca su felicidad y eso es lo más importante. Todos tenemos que trabajar para que nuestro sueño americano esté aquí en nuestras tierras”, agrega.
Para el ganador de 15 premios Latin Grammy, la premisa con la que inició su carrera resulta irónica hoy en día porque no suele quedarse mucho tiempo en casa, toda vez que tiene compromisos por el mundo. Por fortuna, hay algo que siempre lo lleva a sus orígenes, no sólo a su patria, sino en su capacidad artística.
Hoy materializa ese sueño de sus inicios, al regresar como actor en una serie colombiana: "El club de los graves", que desde hoy puede verse en Disney+ .
“Los productores diseñaron esta historia basada un poquito en lo que ha sido mi experiencia de trabajar con la música local, el sueño de romper el paradigma de hacer en su momento lo que hacía todo el mundo y empezar a buscar un camino en la música a partir de la identidad”, detalla.
En la serie, Vives interpreta al profesor de música Amaranto Molina, quien llega a dar clases a un colegio especializado en educación musical en el que los alumnos que no cumplen con las normas establecidas por el éxito comercial, son relegados al grupo de “los graves”.
“Es una historia que por supuesto hicimos en Colombia pero con la que toda Hispanoamérica y en EU se van a identificar porque es la lucha de unos jóvenes que sueñan con cantar, con tocar y ser famosos”.
Entre los grandes consejos que dejará su personaje a las nuevas generaciones está tener cuidado con todo el humo que se vende alrededor de la vida del artista.
“Es la importancia de valorar una herencia, una identidad del lugar donde naces, de tu familia, de esa música que está en tus lugares de origen que a veces es menospreciada por la industria”.
De hecho, Vives presume que impulsa eso mismo en su escuela en Bogotá, cuyo lema es “un mundo, una música”.
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