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Carlos Rivera está “loco” y gracias a esa locura está en la cima del éxito, ha tenido participaciones en televisión, cine, teatro y su fama sigue subiendo como la espuma, tanto que ahora es el “padre” de millones de hijos en México.

“Hay algo en la canción ‘Amo mi locura’ que habla justamente de eso, porque siempre me llamaron loco, tanto de buena manera como de mala manera; desde que era niño. Siempre le decía a mi mamá: ‘el día que me dejes de decir loco me voy a preocupar’, porque era la primera a la que le contaba mis deseos, mis sueños o lo que quería hacer y siempre me decía ‘estás loco’ y cada vez que me lo decía ese plan se cumplía”, dice en entrevista con EL UNIVERSAL.

“Mi historia era algo así como el niño de Coco (la película)”.

Pero con la fama y el éxito también han llegado los reclamos de sus fans por romper corazones o dejar abandonados. Carlos lo toma con buen humor.

“Es parte de esto y me causa muchísima gracia ver de repente los comentarios e incluso en los palenques que llevan pancartas, me da muchísima risa, es bonito saber que de alguna manera formas parte de la gente, no importa en qué tipo de pensamiento sea (risas)”.

El cantautor agradece esas muestras de cariño del público y reitera que siempre estará dispuesto a compartir algo de su tiempo con sus admiradores, con sus excepciones.

“La gente es muy respetuosa conmigo, a veces es difícil cuando estás con el bocado en la boca, pero bueno, no tengo problema en tomarme una foto. Lo que sí, de repente en algún funeral he dicho que no, porque es rarísimo y por respeto a la situación, pero sí les doy un beso y un abrazo”.

Comida, familia y películas... Fuera del trabajo, Rivera comenta que se la lleva tranquila y sólo se da algunos gustos, como disfrutar los antojitos mexicanos, ¿Cocinar? No es lo suyo.

“Cuando llego a cocinar algo no me sale tan mal, pero no me gusta, no soy tan bueno; de hecho, si estoy solo prefiero pedir una pizza”.

Eso sí, la comida debe ser sin picante...

“Yo soy de dieta T: tacos, tortas, tlacoyos, además de gorditas, pambazos, lo que sea. Es curioso, soy un mexicano muy raro porque no como chile, ni jitomate, ni cebolla crudos, solamente guisado. Los chilaquiles me encantan, pero todo que ya esté cocinado... No me gusta desde niño y no porque pique sino porque no me gusta el sabor. Pero me gustan las tortas, si me dieran a elegir, elegiría tortas de lo que sea”.

También, detalla, le fascinan los platillos de Tlaxcala como el Mole en epazote y el Xolostle de pollo, porque los preparaba su abuela y su mamá. “Me gustan las aguas de sabor, de horchata, de Jamaica, digamos que todas las cosas de la bandera”.

Y aunque trata de hacer que su vida sea lo más normal posible, extraña convivir más con su familia.

“Me gusta mucho ir con ellos y de repente ir a un puesto de tacos, a un puesto donde venden pozole, menudo, a mí me gusta mucho compartir con ellos ese tipo de cosas comunes y corrientes, las fiestas familiares, cumpleaños, el día de la madre, del padre”.

También es amante del cine y las series de tv.

“Me fascina. Yo podría ir al cine todos los días, y me encanta ver series en mi tiempo libre, me gusta ver maratones y maratones de series”.

Un ciclo sin fin con "El rey león". Pero ahora es tiempo de trabajo. La agenda está llena y antes de sus conciertos en el Auditorio Nacional, los días 19 y 20 de octubre, estará antes en el mismo escenario con un espectáculo especial.

Como un “ciclo sin fin”, dará vida a la banda sonora de la cinta live action "El rey león", junto a la orquesta sinfónica el 6 de octubre.

“Simba es mi personaje favorito, independientemente que lo haya hecho y mi canción favorita es ‘Ciclo sin fin’, me parece que dice cosas súper lindas de justamente el ciclo de la vida, de quiénes somos, de cómo encontrar nuestro lugar, de que todos necesitamos de todos en este mundo para vivir en armonía”.

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