La muerte de Mario Moreno “Cantinflas” hace 29 años marcó un antes y un después en la comedia mexicana , el actor, nacido el 12 de agosto de 1911 en la ciudad de México fue el cuarto hijo de una familia numerosa de condición modesta que, por cuestiones económicas, tuvo que emigrar a Xalapa, donde el futuro gran actor inició sus primeras incursiones en los escenarios.
Por su simpatía y particular forma de hablar, Mario Moreno comenzó a destacar en el teatro de carpas, donde ocurrió algo que le marcaría la vida; según él mismo confesó que su modo de hablar cuando actuaba fue producto de su nerviosismo, confesó que cuando se enfrentó por primera vez con el público sus nervios lo traicionaron y se le olvidó lo que tenía que decir, por lo que tuvo que improvisar.
Sin embargo, no logró decir nada coherente; a pesar de que estaba nervioso se dio cuenta que el público se reía de sus desatinos.
La Real Academia Española sumó a su diccionario la palabra “cantinflear”, es decir: hablar o actuar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada con sustancia. En sus más de 50 películas, la mayoría ellas en formato blanco y negro, “cantinfleaba”, y con ello le sacaba sonrisas al público.
La muerte, que no lo tomó por sorpresa, llegó de la mano del cáncer de pulmón el 20 de abril de 1993, sus millones de seguidores se volcaron tristes a las calles de la capital para despedirlo como él lo merecía y hacer suyas frases como: “No hay derecho”,“No que no, chato”, “Ahí está el detalle”, entre muchas más.
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1 El cirujano dental Gerelis, “Cantinflas", Guindi y Lucho Gatica, disponiéndose a abordar el helicóptero de Alejo Peralta que los llevará a la ganadería del propio mimo mexicano. Emotiva foto de archivo en la que Mario proyecta su simpatía y sentido del humor.
2 Cantinflas y su grupo de amigos empresarios, entre ellos Mario Vázquez Raña, Alejo Peralta y Rodolfo Echeverría.
3 Dos amigos famosos del mundo hispano a nivel mundial: el cantante Julio Iglesias y el cómico Mario Moreno “Cantinflas”.
1 Eso de beber en bota, Cantinflas se las sabía de todas, aquí con la alcaldesa de San Francisco, Dianne Fainstein.
2 Cantinflas y Karen Guindi, brillante compositora de temas modernistas y baladas románticas de la época.
3 Mario Moreno con su hijo; ambos fallecidos.
El restaurantero Eduardo Cremasco preparando su clásica parrillada ante la complacencia de Cantinflas y un amigo. Con ellos el excónsul Jaime Peñavera.
Mario Moreno, su hijo (traje color negro) y unos amigos.
1 Antonio Ariza Cañadilla y Mario Moreno acudían frecuentemente al Mesón del Cid de Luis Marcet.
2 Cantinflas con la discutida pintora Heidi. Ambos viajaron muchas veces a Las Vegas para apoyar a artistas y boxeadores mexicanos.
3 Mario Moreno y Pepe Guindi, amigos entrañables en las buenas y en las malas.
1 Cantinflas preparó decenas de paellas, lo acompañan en esta ocasión Emilio Checa y Tano Moctezuma.
2 Con su habitual humor, Mario Moreno pide propina durante una comida en Acapulco.
Treinta minutos después de la muerte de Mario Moreno Reyes, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari expresó su pésame con un sentido mensaje en el que reconocía la grandeza de su talento que había despertado la admiración de varias generaciones.
“Un admirable talento y una entrañable sensibilidad popular hicieron posible la creación de un personaje como el de Cantinflas, que llevó alegría a numerosas generaciones de mexicanos y a niños, mujeres y hombres de todo el mundo. Cantinflas exaltó de manera excepcional la agudeza y la dignidad de nuestro pueblo”, expresó.
Hemeroteca EL UNIVERSAL.
El mandatario le había ofrecido un homenaje de una semana que se llevaría a cabo en junio, tres meses después de su muerte, pero el tiempo ya no alcanzó, el cáncer de pulmón derrotó a Cantinflas, quien falleció sereno y en familia, así lo contó su hijo Mario Moreno Ivanova.
“Murió sereno y consciente de que estaba próximo al fin. Sabía de cómo su mal se precipitó en las últimas horas; su conciencia, tranquila, satisfecho de su vida y su obra”.
En el velorio, Jesús Martínez “Palillo” recordó con nostalgia como desde hace 60 años mantenía una amistad con Mario Moreno, y que, en efecto, su amigo ya esperaba la muerte.
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