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No hay nada que logre quitarle a Camilo la frescura, el buen ánimo y la sonrisa, ni siquiera los nervios de presentarse ante 10 mil de sus fans, la noche de ayer, en el Auditorio Nacional.
Desde salsa, vallenato, reggaetón y hasta regional mexicano, fue el repertorio que el cantante ofreció a su público, además de intensas muestras de cariño que duraron desde el inicio del show, hasta la última canción.
En cada movimiento parecía que iba a lanzarse hacia la gente o que correría a abrazar a alguna fanática. pero al final se detenía estrepitosamente, siempre al filo del escenario.
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“Buenas noches tribu”, expresó el cantante a manera de saludo. “Hoy este es nuestro lugar feliz, nuestro lugar seguro”.
Pero no hacía falta decirlo, para entonces todos los asistente se abrazaban, bailaban y reían con cada una de sus ocurrencias, que aunque puede parecer poco genuino, causaba la alegría en sus fans.
Camilo, como ya es costumbre pasó el show entero descalzo, con un atuendo completamente blanco: pantalón holgado y playera de tirantes. Sus brazos fuertes contrastaban con la fragilidad de su música y el entusiasmo con el se movía en el escenario.
La felicidad que desbordaba era tanta que, a veces, parecía inverosímil; y con el bigote que llegaba hasta sus pómulos, incluso resultaba cómica la manera en que el colombiano se dirigía a su gente. Pero ellos lo conocen bien, se sabían todas las letras de sus canciones y se involucraban con cada paso y cada palabra que decía, sin cuestionarlo.
“Los amo mucho México, los amo, gracias por estar aquí, gracias a todo el público que vino en familia, con amigos, abrace los y ámenlos”, continuó.
“Una vida pasada”, “El mismo aire”, “Ni me debes ni te debo”, “La mitad” y hasta la colaboración con Rauw Alejandro “Tatto”, fueron algunas de los temas que sonaron.
Casi para cerrar las pantallas del escenario mostraron un enfoque de Camilo por debajo de él, como si el público pudiera ver a través del piso.
Y continuaron, con dibujos, las muestras de cariño por parte del cantante, que recibía con gritos y coros de regreso ese mismo amor. Dibujó gracias CDMX te amo durante el tema “Tutú” junto a la planta de sus pies descalzos.
Así, como si no hubiera pasado casi dos horas, Camilo se despidió brincando tal cual lo haría un niño divirtiéndose, riendo, disfrutando, sin señales de cansancio.
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