Cuando Oscar Alfonso Castro, se encontraba estudiando la carrera de relaciones internacionales, una duda comenzó a aparecer más y más en su mente, si de verdad se encontraba haciendo lo que le apasionaba, “¿Será que soy músico?”, se preguntaba frente al espejo.
Fue entonces cuando decidió incursionar en la música, inspirado siempre por lo que ésta le hacía sentir; a partir de entonces Oscar comenzó su etapa como Caloncho.
“Hacía las canciones que me gustaría escuchar, es algo egocéntrico porque es un círculo alimentado por ti mismo, pero también me inspira conocerme como persona, y como entidad creativa”, comparte Caloncho, en entrevista para EL UNIVERSAL.
Desde sus primeros años como músico, sus primeros EP y álbumes, Caloncho comenzó a tener un recibimiento inesperado, la fama comenzó a confundirlo.
“Empezaban a llegar síntomas de exceso de atención, premios, nominaciones a premios, invitaciones a fiestas a colaboraciones con otros artistas, pero al final ves como pasa el tiempo, y todo el trabajo que implica mantenerte en ese ritmo”, comparte.
Ese ascenso estrepitoso de pasar de estar componiendo para sí mismo, a comenzar tener nominaciones a premios como el Latin Grammy en 2014, el cantautor oriundo de Ciudad Obregón se lo atribuye a la ingenuidad que tenía en sus inicios, pero también al momento que vivía la industria musical.
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“Siempre sucede que esa ingenuidad significa que estás siendo muy honesto y genuino con tu trip, y siempre que el origen de la creatividad sea así pues la gente conecta, si estás buscando algo más allá, posiblemente funcione pero no necesariamente no conectaría, quizá sea un poco romántico pero siento que la honestidad siempre funciona”, expresa el sonorense.
“El primer disco llegó en el momento correcto así suceden las cosas, estaba en una transición la forma en la que se producía música, y yo llegué con un mensaje fresco, relajado con algo de cotidianidad, que hizo que fuera muy bien recibido”, agrega.
Pero así como tuvo un golpe de suerte, también un golpe de realidad, pues se dio cuenta que para permanecer en ese estatus, debía esforzarse más que en sus inicios.
“Constantemente tienes que estar mejorando aprendiendo a ser mejor compositor, mejor frontman, mejor administrador, mejor empresario, mejor persona al final y vuelves a valorar eso”, expresa Caloncho.
Hoy ese rendimiento ha dado frutos, y después de ocho años de aquella primera nominación al Latin Grammy, logró conseguir la segunda, esta vez en la categoría a mejor cantautor.
“Esto me ayudó a entender los procesos, las curvas en las que se puede encontrar cualquier proyecto, la atención es efímera, los malos momentos son tan comunes como los buenos momentos… Fueron ocho años en los que estuve componiendo y componiendo y haciendo, y no sucedía, entonces para mi recibir esto de nuevo es un gran logro”, comparte emotivo el intérprete de “Palmar”.
Lo curioso es, que fue en uno de los momentos más complicados de su vida personal la pandemia por Covid-19 donde nació “Malvadisco”, que le valió la nominación
“Fue la primera vez que componía completamente solo, en mi casa, desde una trinchera más introspectiva, mucho más cruda y real, con temas no siempre cómodos, y eso me motiva porque es una parte de mi, una parte del proyecto, no siempre estamos arriba, a veces miramos desde abajo y ahí es donde valoramos estar pleno”, comparte.
Pero hoy Caloncho crea “Buen Pez”, como símbolo de una reapertura, y el regreso al contacto y el calor humano.
“Se trata de darle bienvenida, y apertura a la colaboración, y a la salida de casa, poder ir a la playa y estar con amigos, de eso se trata el 'Buen Pez', concluyó Caloncho quien como parte de esa celebración, se presentará el 24 de Noviembre en el Teatro Metropólitan de la Ciudad de México, después de una gira por España.
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