Venecia.— El director italiano Luca Guadagnino le arrebató la palabra a Daniel Craig cuando al actor se le hizo la pregunta de cómo fue ponerse en la piel de Lee, el personaje homosexual que interpreta en "Queer", después de haber sido James Bond.
Guadagnino contestó primero para bromear y sugerir en la rueda de prensa:
“Seamos adultos en esta sala. Todos sabemos cuáles eran realmente los deseos de James Bond”, dijo, dejando que los aplausos de la rueda de prensa le dieran paso a Craig, quien afirmó que, si empezó a hacer cine, fue porque “siempre admiró las obras que hacen directores como Guadagnino”.
“Queer es una película que, si no hubiera hecho y la hubiera visto en el cine, habría deseado hacer”.
La paradoja es que Guadagnino dudó mucho en proponerle el personaje a Craig.
“Estaba seguro de que iba a decir que no. Para mi sorpresa, su respuesta fue un rotundo sí”.
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Queer está basada en el libro de William S. Burroughs, uno de los tres representantes más importantes de la generación beat (Jack Kerouac y Allen Ginsberg), pero el cineasta se toma muchas licencias. Por ejemplo, divide el filme en tres capítulos y un epílogo, y estos dos últimos no existen en la novela.
El primer capítulo, “How do you like Mexico?” (¿Cómo te gusta México?) nos acerca a Lee (Craig), un expatriado americano en la Ciudad de México, que se mueve entre la comunidad de extranjeros queer y se enamora de un joven judío, Allerton (Drew Starkey).
Drew es huidizo y misterioso y lleva a Lee a experimentar pasiones intensas y tristes.
En la primera parte muestran desnudos y escenas de sexo explícitas entre Lee y Allerton, y un México acartonado lleno de clichés, peleas de gallos por las calles, hombres con sombreros y cantinas donde los personajes beben shots de tequila y perros callejeros.
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Por otro lado, la cinta cuenta con la actuación encomiable de un Craig que logra salirse de su zona de confort y aceptar todos los riesgos de esta propuesta.
Guadagnino justificó que la visión estereotipada de México que se muestra en la película es la que tiene el personaje de Lee en el libro de Burroughs.
Sin embargo, el libro no muestra la ciudad acartonada que plasma Guadagnino (todo fue filmado en los estudios de la Cinecittà en Italia, no en locaciones mexicanas), pues la novela se adentra en los bares y en la vida soterrada de la comunidad homosexual de la época de finales de los 40 y principios de los 50 de nuestro país.
Esa misma era fue llamada el “milagro mexicano”, por su gran aceleración económica y modernización. Era un momento en el que México vibraba con Frida Kahlo, Octavio Paz y que ya tenía la huella de Tamayo, Siqueiros y Rivera en sus muros. Luis Buñuel preparaba su aclamado filme Los olvidados.
Esta visión tan reducida de la ciudad, uno de los personajes más importantes de gran parte del filme, le resta mucho a la otra parte que brilla y despega bajo la interpretación de Craig y Starkey.
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Los dos capítulos ficticios añadidos por el director son los más interesantes de la narración, pues se puede ver la compleja historia de amor que se teje entre Lee y las experiencias que viven juntos para exorcizar sus demonios como la prueba de la ayahuasca, y el bello homenaje que el italiano le ofrece a Burroughs en su epílogo.
“Sentíamos la necesidad de completar la historia de Burroughs porque él no pudo hacerlo, estaba demasiado cerca de la historia para poderle dar un cierre”, explicó el director.
Craig completó: “El epílogo se sentía necesario. Era importante conectar a ambos personajes de alguna forma en el final”.