El brasileño Sandro Boeck cambió la abogacía por el arte de la forja. Hizo bien.
La noche de ayer se convirtió en el ganador de la tercera temporada de Desafío sobre fuego Latinoamérica tras vencer durante varias semanas a representantes de México, Argentina, Colombia y su propio país, haciendo armas como el cuchillo comando de la cinta Depredador.
“Yo soy abogado de profesión mas no hay reality shows de abogados”, dice entre risas en entrevista con EL UNIVERSAL.
“Estaba muy estresado y cansado de la abogacía y quería un rol que pudiese ocupar mi mente, que fuese una cosa en la que tuviese el completo control y descubrí en la cuchillería una posibilidad de hacerlo. Esto fue creciendo hasta un punto en el que entendí, y las personas a mi alrededor, que yo me sentí más un forjador que un gran abogado”.
El maestro en cuchillería por la escuela Italiana CIC y Jorma Smith por la American Bladesmith Society de Estados Unidos, explica que quiere regresarle a México el buen recibimiento que tuvo, por lo que en el futuro le gustaría también dar clases aquí.
“Yo prometí que, si yo ganase, iba a enseñar a más personas a hacer cuchillos y cambiar su vida de forma gratuita. Podía hacer eso en Brasil pero pienso que allá ya hay una gran cantidad de cuchilleros”, comparte.
“En México las personas son muy especiales, me trataron muy bien, como si fuese mi segunda casa y nada como retribuir la posibilidad que México me dio de estar presente en un reality show”, agrega.
El forjador relata que hizo una buena amistad con Héctor, el competidor mexicano, con quien acordó ayudarlo a montar una escuela para cambiar la vida de otros cuchilleros, por lo que utilizaría parte de su premio para ese propósito.
En el duelo final del reality show, que fue conducido por Michel Brown, y que tuvo en su jurado a los forjadores Mariano Gugliotta, Ricardo Vilar y Doug Marcaida Sandro se enfrentó al argentino Diego, quienes hicieron un cuchillo de autor bajo la técnica de damasco en polvo y cuyo resultado le valió a Boeck llevarse 10 mil dólares.