Más Información
jesus.diaz@clabsa.com.mx
“La vida es como un caballo bellísimo, aunque difícil de montar”, reconoce Andrea Bocelli.
El suyo fue un pura sangre bravo que galopó con glaucoma desde que nació. Vivió su niñez parcialmente ciego hasta que, a los 12 años, jugando futbol con sus amigos, recibió un golpe en la cabeza que oscureció su camino.
Han pasado 48 años. El italiano es hoy un referente mundial, con 80 millones de discos vendidos.
Tiene una vida muy activa, llegará este martes al Palacio de los Deportes de México, pero igual ofrece entrevistas para promover a su hijo Matteo, que habla en el Foro Económico Mundial sobre obstáculos y cómo afrontarlos.
“Los desafíos son una forma de vida, ni los considero como desafíos”, dice.
“La vida es un regalo extraordinario que no depende de un solo momento, y es importante repetirnos siempre el ‘sí puedo’”.
Recuerda las visitas al hospital, esas en las que no entendía bien las malas noticias pero las intuía. Entre la incertidumbre de ver a su padre nervioso y a su madre ocupada, conoció a un mentor espiritual, un hombre que le enseñaba de arte, lo que aminoró la ansiedad en esa etapa de su vida.
“Era un autodidacta, aprendió por sí mismo. Sabía siete idiomas y tenía una cultura inmensa”, lo describe. “Gracias a él, sé mucho de lo que soy”.
Con esa luz, Bocelli se encontró en el canto. Fue guiado por el artista Franco Corelli, esta vez, su mentor musical. “Descubrí una misión, en ese momento pensé en alguna parte de mi cerebro quería emularlo, hacerme cantante”.
Reflexiona en su pasado, recuerda su pequeño pueblito de la toscana italiana. La importancia que tuvo en su vida hallar una meta, y no detenerse a pensar en las limitantes.
“Dentro de nuestro mundo existe universo que puede ser un regalo. No es importante haber nacido en una ciudad grande o una pequeña, es importante encontrar a nosotros el deseo de hacer cosas, de crear cosas. Para ser feliz se debe crear, eso le da sentido a la vida”.
Bocelli considera que valorar el esfuerzo de otros, los que hacen el bien, es más productivo que quejarse. Pone como ejemplo al sacerdote Rick Frechette, quien al ver el sufrimiento de la gente de Haití, decidió estudiar medicina en Estados Unidos, para regresar y además de ser un guía espiritual, apoyar a la gente como doctor.
Esta experiencia impulsó al italiano a crear su fundación, que apoya con educación, además de promover proyectos de desarrollo tecnológico y médico.
Mit Fith Sense es un artilugio electrónico que, con apoyo de su fundación, desarrolla el instituto de tecnología de Massachussets. Busca ofrecer herramientas que faciliten la vida de personas con ceguera.
“La tecnología aplicada en la medicina es indispensable. Pienso que en mucha gente, amigos míos que también son ciegos y viven en ciudades en las que todos los días afrontan problemas: vivir en casa, ir de compras o al trabajo. Crear un artefacto que les ayude a desplazarse, a enfrentar obstáculos y hacerles la vida más fácil suena tan bien”.
Celebra la esperanza. Bocelli presentó en octubre su más reciente álbum, titulado Sí. El primero con temas inéditos después de 14 años. El cual define como una celebración a la vida, el amor, la familia, la fe y la esperanza.
El concierto con el que promueve este álbum en México consiste en una primera parte de música clásica, la mayoría de las arias operísticas, acompañado por una orquesta completa y un coro; y una segunda, que incluirá los éxitos más populares de Bocelli y nuevas canciones.
“Lo que quiero es que sepan que me gusta la vida, y me gusta en 360 grados. Soy curioso, me encanta experimentar, los obstáculos para mí no se ven como obstáculos”, afirma.