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No fueron las multitudes de fans capaces de parar el tráfico o cerrar las calles. En esta ocasión, fueron menos de 50 personas las que esperaban la salida de Blink-182 la tarde de ayer, quienes, previo al primer concierto de cuatro de la banda en el Palacio de los Deportes, se quedaron esperando desilusionados.
Apostados detrás de una valla, los seguidores del grupo de punk rock aguardaron pacientemente y en vano la salida de Mark Hoppus, Travis Barker y Tom DeLonge, afuera del hotel donde se hospedan, sobre Paseo de la Reforma.
Algunos llegaron pasado el medio día y otros al filo de las 17:00 horas. Para matar el tiempo decidieron ponerse a cantar acompañados de las notas que emitían la guitarra de uno de los presentes; así entonaron temas como “First date” y “Dammit”, al tiempo que la gente que pasaba afuera del hotel preguntaba a los fans a quién esperaban, y cuando uno de ellos respondía, “a Blink-182”, sólo abría los ojos sorprendida, y seguía su camino.
Durante la espera, fans como Adán, quien iba acompañado de su hijo, intercambiaron teléfonos, como él con Johan, quien vino desde Puebla para intentar ver a los músicos, aunque sea de lejos.
Emocionado, Adán comentó que él mismo le transmitió el gusto por la banda californiana a su hijo, quien no rebasa los 10 años, y aseguró que los integrantes de Blink-182 “son unos dioses”.
Nayeli, una fan, organizó un chat de Blink-182, donde se unieron todos los seguidores que estaban ahí, con el objetivo de intercambiar fotos y videos por si salía la banda, o de los que fueran a los conciertos.
De repente, mientras los presentes se organizaban para cantar algo más o pasar carteles con el objeto de obtener autógrafos, la gente del hotel pidió hacer espacio para dejar pasar a los vehículos. Entonces, tres camionetas con vidrios oscuros salieron del estacionamiento y se fueron en sentido contrario a la calle, donde los esperaba una patrulla que les dejó el paso libre para avenida Chapultepec; fue en ese momento que los seguidores de Blink-182 se dieron cuenta de que sus ídolos se acababan de ir y no tuvieron ni oportunidad de saludarlos.
“Nos sentimos tristes, teníamos tanto tiempo esperando y no pudimos verlos”, expresó Ileana, quien iba acompañada de su amiga Luisa, con quien, pese al intenso sol y las altas temperaturas registradas en últimos días en la capital, llegó desde las 13:00 horas para esperar afuera del hotel a sus ídolos, debido a que ninguna cuenta con boleto para los conciertos de estos días.
“Ay, siento como que me voy medio vacía”, señaló Verónica antes de retirarse, resumiento el sentimiento de todos los presentes.