A la misma hora, en el primer empalme de la tarde y , dos de las bandas que despertaban más interés en los fanáticos el segundo día de actividades del salieron al escenario en punto de las 5:50 horas.

Primero, Black Pumas con un teclado ecualizado a los cincuentas, con ese chillido característico de bandas como The Doors, y repetitivo, tanto que se quedaba grabado y se escuchaba a los fanáticos silbar las melodías aprendidas.

Además, una guitarra eléctrica, ejecutada por el guitarrista texano Adrián Quesada, quien usó una chamarra con la Virgen de Guadalupe bordada, y generó un sonido tan claro cercano a una acústica.

Adrián Quesada, guitarrista de Black Pumas, usó una chamarra con la Virgen de Guadalupe bordada, durante su presentación en el Corona Capital.
Foto: YouTube
Adrián Quesada, guitarrista de Black Pumas, usó una chamarra con la Virgen de Guadalupe bordada, durante su presentación en el Corona Capital. Foto: YouTube

Con coristas a lo Bob Marley, que impulsaba y reforzaban a la voz principal Eric Burton y otra guitarra más agresiva de dónde salían solos de blues pero también de rock n roll, e incluso cercanos al jazz.

Congas que recuerdan influencias africanas en la banda, y una batería casi garage rock que destrozaba los tímpanos, pero ponía a bailar a todo el público. Un pandero que en las canciones más largas y profundas las dotaba de brillo, y el público acompañaba al instrumento con las palmas.

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Pero lo que provocaba que quienes no conocieran a Black Pumas se detuvieran era la voz principal, que jugaba se volvía aguda, y grave a gusto del cantante, vibraba como una cuerda en algunas notas, mientras con sus rastas teñidas de amarillo bailaba y brincaba.

En el tema “Fly together”, el público entro en conexión con la banda y se unieron a la canción, siendo la voz principal y entonando el coro “Fly together”, una y otra vez y mientras el vocalista bajaba la voz el público la intensificaba hasta que en un punto solo se escuchó la voz de las miles de personas, por encima incluso de la música.

Por su parte American Football, ofreció también destreza en instrumentos en el escenario secundario del festival, conviviendo más con sus fans, agradeciendo por estar frente a ellos, pero más desde la música que de las palabras.

Y como Black Pumas, American también se tomó tiempo en cada una de sus canciones para improvisar, ya fuese en el piano,  en la batería, en la guitarra, incluso improvisando solo con las palmas del público de fondo.

Así jugando con aplausos, pidiéndole a su público hacer diferentes ritmos American Football, cerró su participación llenando por primera vez en la tarde el escenario principal, y junto a Black Pumas jugaron con sus instrumentos y dieron un momento para que el público explorará sonidos desde el soul hasta el indie rock.

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melc

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