Madrid.— Hablar de un ídolo como Miguel Bosé abarca, más allá de su voz y su multifacético baile, la historia de una familia unida por el amor y la complicidad entre generaciones de artistas; de aquel carácter fuerte del que se ha valido Miguel para encumbrar una formidable carrera y proteger su vida privada.
Por ello, para José Pastor e Iván Sánchez meterse en la piel del cantante español para la bioserie Bosé ha sido una experiencia que ellos definen como una locura.
Para Pastor, quien interpreta al Bosé joven, el mayor reto actoral fue retratar su carácter, más allá de emular su voz y movimientos en los años 70.
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“Miguel es directo, es una persona que mantiene el control todo el tiempo, aunque en su interior sucedan muchas cosas, pero no es fácil ver lo que le está pasando porque está muy acostumbrado a lidiar con el público, con la exposición”, expresa el actor.
El joven, quien también es cantante, buscó documentarse sobre la voz de Bosé en las diferentes etapas de su vida y trabajó con distintos coach vocales, de baile y con una asesora de italiano, “ya que Miguel lo habla sin ningún acento”, dice.
La miniserie Bosé, que recién terminó grabaciones y que estrenará en Paramount+, constará de seis capítulos que, además de la trayectoria artística de Bosé, abordará la intensa relación con sus padres y sus amigos.
El rodaje tuvo como set una casona de La Florida, al norte de Madrid, a la que tuvo acceso EL UNIVERSAL. En el lugar, se buscó recrear la residencia familiar del artista de “Amante bandido” durante sus años de juventud.
Iván Sánchez, quien interpreta a la versión madura de Bosé, destaca que lo que más le llamó la atención de la serie es la cantidad de cosas que aún se desconocen de la vida del cantante.
“Miguel ha tenido una vida privada muy detrás de las cámaras que ha guardado siempre con mucho celo, ha sido un proceso inmersivo muy interesante. Yo canto poco, pero estoy feliz creyéndome Bosé, al menos delante de la pantalla, con tanta gente aplaudiéndome”, comenta.
Amor de familia
En la bioserie, los padres del cantante desempeñan un rol protagónico y los encargados para llevarlos a la pantalla son Nacho Fresneda y Valeria Solarino, quienes interpretan al afamado torero Luis Miguel Dominguín y la actriz italiana Lucía Bosé.
“(Dominguín) fue un personaje casi inabarcable, con su propia historia de crecimiento y un gran dominio de escena. Queríamos captar su esencia, su espíritu. Luis Miguel y Miguel eran dos mundos intensos, muy distintos; hablamos de dos generaciones en España con una diferencia abismal. Chocaban, pero también se amaban, había mucha complicidad”, destaca Nacho.
Lucía indica que el amor por la familia es uno de los temas más fuertes de la serie y también el que más le atrapó de su personaje que, muchas veces, considera, hacía de mediadora en la casa.
“Creo que la relación que Lucía Bosé tenía con los dos (Luis Miguel y Miguel) era de amor, de pasión, pero a veces el amor no es suficiente y en ocasiones ella no sabía bien cómo comportarse. Estaba llena de vida y de arte, era generosa y le gustaba compartir con los demás”.
Otro de los papeles imprescindibles es el de la Tata, una mujer que se ocupaba de atender a la familia y que llegó a ser parte integral de los Bosé.
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“Ella representaba la unión familiar y siempre luchó por mantenerla, aunque sufriera mucho, con una sabiduría de la gente de campo, sin interferencias. No tiene máscaras”, cuenta la actriz Alicia Borrachero, quien la interpreta en la bioserie.
Fernando Trullols, codirector de la serie y el showrunner, Nacho Faerna, destacan que la intensión, además de resaltar el nacimiento y consagración en el escenario del ídolo, es precisamente, el hermetismo de su ser.
“La historia que contamos es la relación familiar, explicar de dónde viene Miguel, quien tiene una herencia privilegiada pero también muy condicionada, quien ha sido expuesto desde pequeño a la opinión pública, pero que también ha sido súper celoso a la hora de contar su vida privada. Eso es lo realmente interesante de la serie”, subraya Faerna.
La grabación, que realiza varios saltos entre la vida adulta y la juventud de Bosé, abarca desde su debut en 1976 hasta la muerte de su padre, 20 años más tarde.