Benny Ibarra tiene confianza en el futuro de la industria musical. El cantante de Timbiriche cree que muchos de los nuevos exponentes tienen talento, aunque considera que el principal reto que enfrentan las nuevas generaciones de músicos es una oferta grande, “demasiadas opciones y mucha especulación” sobre cada propuesta que presentan.
“Antes cada disquera tenía cinco artistas fuertes y los ponían a competir entre ellos, como gallos en un palenque y había una radio que controlaba todo, pero con la llegada del internet y la tecnología, el modelo de negocio tradicional caducó, pues de repente ya tienes a muchísimos artistas de nicho y muchos de ellos pueden sobrevivir, tener una carrera musical y vivir de la música sin tener el respaldo de una transnacional”, reflexiona Ibarra en entrevista.
Él mismo acepta que ha cambiado su forma de producir música y ha tomado ventaja de lo que ofrecen las tecnologías.
Por ejemplo, junto a sus ex compañeros Sasha y Erik, con quienes ha realizado giras, recurrió a un cubo de sonido que le permitía aislar el ruido para revisar la acústica justo antes de cada concierto.
Quienes más lo han inspirado y enseñado acerca de las nuevas tendencias y oportunidades son sus hijos: María de 25 años y Mateo de 20.
“Mis hijos me nutren musicalmente. María es exquisita en su gusto musical y no para de estar haciendo research (búsquedas), solita de repente me pone a Simon y Garfunkel, pero luego me pone cosas súper abstractas de música súper interesante”.
Para hablarle a los nuevos talentos de jóvenes interesados en la música, Benny echará mano de su faceta como arreglista y productor para ofrecer una masterclass titulada “El rockstaff, un romance artístico con la tecnología”, durante la Sound:check Expo que se lleva a cabo hoy, lunes, en el World Trade Center
“Hoy más que nunca es necesaria la comunicación entre el lado técnico y el artista”.