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Aunque nacida en un seno humilde de una familia de campo en Carolina del Norte, Ava Gardner supo abrirse paso con talento, pero sobre todo, con su belleza. Fue una de las primeras actrices en el séptimo arte que se estableció como ícono e instauró cánones para las actrices venideras que buscaban tener su mismo éxito.
Pero el crecimiento que tuvo, marcado por la casualidad, porque si bien viajó de Carolina, la ciudad de Nueva York para probar suerte; fueron las fotos que le tomó la pareja de su hermana Beatrice Gardner, mismas que colgaría en su estudio y que le abrirían la puerta grande para entrar a la industria del entretenimiento a inicios de la década de los 40.
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Después de realizar papeles pequeños, despegó con películas como “Forajidos” (1946), lo que catapultó su carrera, participando en los últimos años de la década de los 40, en cintas como “Mercaderes de ilusiones”, “Venus era mujer”, “Mundos opuestos” y otros clásicos del cine estadounidense de la época.
Por si fuera poco, su fecha de nacimiento acompañó el misticismo del cual se había dotado por su gran belleza, pues la actriz nació justo el día de Nochebuena, una fecha importante en todo el mundo, sobre todo en Estados Unidos, lo que la colocaba como una artista emblemática de las fechas decembrinas.
Además, Ava participó en la primera película que incluyó la tecnología sensurround en la industria del cine, desarrollada por el ingeniero Eugene J. Czerwinski para “Terremoto”, de 1974. El filme significó una parte importante de cómo los sonidos comenzaron a ser cada vez más una pieza fundamental de lo que podía transmitir el cine más allá de las imágenes.
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Hasta hoy, su figura sigue siendo recordada, aunque debido a su trayectoria intachable, alejada de polémicas, no estuvo bajo los reflectores principales como otras artistas contemporáneas o posteriores, como la misma Marilyn Monroe.
melc
