La pequeña lámpara levantada en luz verde era señal de que todo estaba conforme al plan, pero si era roja, señalaba que algún extraño se habría metido al set y su vida podría correr peligro.
El perímetro del Zócalo capitalino, con Palacio Nacional y la Catedral metropolitana de fondo se convirtió en una avenida en la que un Ferrari rojo, a toda velocidad y esquivando vehículos, intentaba escapar de varias patrullas.
Por ello, el equipo de producción de Infinite, la nueva cinta de Mark Wahlberg, colocó una valla metálica, con un guardia cada tres metros. para que los transeúntes no pasaran el límite marcado.
Dirigida por Antoine Fuqua (Olimpo bajo fuego), el largometraje filmó sus últimas secuencias en la Ciudad de México, la madrugada de ayer, ocupando más de 20 autos de los 80, y 90.
La persecución, seguida también desde un helicóptero, iniciaba desde 20 de noviembre, la avenida que desemboca frente a Catedral metropolitana, dando vuelta para pasar junto a Palacio Nacional y posteriomente tener a su derecha a la construcción religiosa de la Colonia.
En uno de los vehículos policiacos fue colocada una cámara en la zona de su defensa, que permite una visión de la parte trasera del Ferrari.
El cinefotógrafo mexicano Eduardo Flores (Suave patria) formó parte del equipo del bando mexicano que supervisa uno de los ángulos que toman las cámaras.
En la explanada del Zócalo, donde en 2017 se rodaron escenas de Spectre, de James Bond, se colocaron puestos de antojitos, junto con algunos extras.
Wahlberg no estuvo en set, fue su doble de acción quien manejó el auto rojo.
Infinite aborda la historia de un hombre que está seguro de tener alucionaciones, pero en realidad son vidas pasadas.
La capital mexicana fue escenario de escenas de persecución desde el pasado sábado, trasladándose ahora la producción a Guanajuato, donde los túneles serán pieza clave.
De acuerdo con el guión, la parte mexicana se reflejará durante seis minutos en pantalla.