La película “La historia sin fin” es sin lugar a dudas una de las obras de aventuras, drama y fantasía más recordadas en la historia del cine mundial. Fue estrenada en el año 1984 bajo la dirección de Wolfgang Petersen y basada en la novela del mismo nombre de Michael Ende. Se trató de un gran éxito que ganó terreno en el cine y en la televisión, marcando a toda una generación que hasta el día de hoy la recuerda.
“La historia sin fin” fue protagonizada por Noah Hathaway y Barret Oliver, en los papeles principales, los encargados de darle vida a la historia que derivó luego en dos nuevas producciones. Al respecto, hoy te contaremos sobre uno de sus protagonistas de esta película que luce muy cambiado por el paso de los años y tuvo un alejamiento muy grande de la industria audiovisual.
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Entre los actores recordados de esta película se encuentra Noah Hathaway quien con tan solo 12 años de edad se puso en la piel del valiente guerrero “Atreyu”. El pequeño actor ya había tenido participaciones anteriores en comerciales de televisión y debutando, a los seis años, en la serie “Battlestar Galactica”.
El éxito rotundo de “La historia sin fin” significó para el actor un salto de fama gigantesco que se mantiene hasta la actualidad. Es que todos los que crecieron con este filme lo atesoran como el propio protagonista. Sin embargo, algunas situaciones que Noah Hathaway vivió durante el rodaje lo alejaron por algunos años del ambiente. El actor tuvo un accidente a caballo por el que tuvo que estar dos meses en un hospital y lo que se suponía demandaría tres meses de filmación, pasó a durar un año.
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Cuando Noah Hathaway culminó las grabaciones de “La historia sin fin”, estuvo más de diez años alejado de las pantallas y dedicó su vida a aprender y ejercer el oficio de tatuador. Luego tuvo un regreso ante las cámaras en las películas “Sushi Girl”, “Twisted Tales” y “The Chair”, pero nada que se asemejara a lo que vivió de niño en el éxito mundial. Ahora, a sus 52 años luce totalmente cambiado, con un cuerpo trabajado en gimnasio, su piel tatuada y un look que dista mucho de aquel pequeño “Atreyu” con el que vivimos una de las más grandes fantasías de la cinematografía.