"Fue y me raptó, literalmente. Llegó, me metió a un coche y me trajo a la Ciudad de México”. Así recordó Enrique Álvarez Félix uno de los momentos más icónicos con su mamá, la actriz María Félix.
Enrique, hijo único de “La Doña”, había vivido con ambos padres hasta los tres años de edad, pero tras el divorcio de ellos, prácticamente radicó con su padre, el empresario jalisciense Enrique Álvarez.
María, en tanto, se había trasladado a la capital mexicana y comenzó a hacer cine, así que cuando tuvo los recursos económicos suficientes, fue por su primogénito.
¿Y que pasó una vez que lo tuvo cerca?. Pues como le llegó una oferta para trabajar en España, decidió meter en un internado al pequeño durante una década.
Hoy, Enrique habría cumplido 90 años de vida. Y al igual que su mamá, forjó un nombre en el mundo de la actuación aunque al principio no contó con el apoyo de ella.
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De hecho, la Doña le dejó de hablar por tres meses cuando él le dijo que quería abrazar la carrera frente a las cámaras, esa que conoció muy pequeño.
“Entre al foro cuando ‘La diosa arrodillada’ y el olor me gustó, fue cuando dije que quería estar ahí siempre”, recordó en una entrevista para la emisión “El show de Cristina”.
Durante su carrera profesional, iniciada en 1960 cuando ya tenía 24 años, Enrique trabajó en más de 50 producciones siendo “Marisol” la última de ellas.
Su trabajo en “Los caifanes”, al lado de Julissa a finales de los 60, catapultó su carrera como un actor que podía dar varios matices. Podía ser el novio enamorado tímido, el ricachón altivo o el inocente juguetón.
Casi una década después tuvo el éxito “Rina”, al lado de Ofelia Medina, una historia sobre una invidente que se transmitió en horario estelar de Televisa, a la que siguió “Colorina”, al lado de Lucía Méndez.
Enrique murió el 24 de mayo de 1996 por un infarto. Sus restos se encuentran con los de su madre en el Panteón Francés de la Ciudad de México.
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