Margot Robbie, reconocida como uno de los rostros más bellos de Hollywood, ha alcanzado la fama y el éxito, pero su camino hasta allí fue todo menos fácil. Antes de interpretar a la famosa muñeca Barbie y actuar junto a grandes estrellas, la actriz australiana tuvo una dura infancia marcada por la ausencia de su padre y la necesidad de trabajar en tres empleos diferentes.
Nacida en Australia, la actriz vivió uno de los momentos más difíciles de su vida cuando su padre abandonó a su madre y a sus dos hermanos cuando ella tenía tan solo cinco años. Su madre, Sarie Kessler, fisioterapeuta de profesión, decidió mudarse junto a Margot y sus hermanos a una granja en Gold Coast. Fue en este lugar donde la joven actriz alternaba sus tareas en el hogar con su pasión por la actuación.
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Desde muy pequeña, Margot Robbie mostró interés por la actuación. Aprendía rápidamente los diálogos de las series y películas que veía en televisión, sorprendiendo a su madre con su capacidad para recordar todas las líneas después de solo unos minutos de haberlas visto. A los 16 años, mientras estudiaba teatro, Margot decidió ayudar a su familia y tuvo tres trabajos diferentes: vendiendo artículos de surf, limpiando casas y trabajando en un Subway.
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Fue durante su trabajo en el Subway que un director de cine independiente la descubrió y la invitó a participar en una película de bajo presupuesto. Después de graduarse, la actriz se mudó a Melbourne y audicionó para la serie de televisión "Neighbours", donde fue seleccionada y trabajó intensamente durante tres años, cinco días a la semana y 17 horas al día.
El resto es historia. Margot Robbie logró destacarse en la industria del cine y se convirtió en un ícono de moda gracias a su papel en la película Barbie. Con sus looks de marcas como Chanel y Versace, la actriz ha demostrado su estilo único y ha conquistado el mundo de la moda. Su habilidad para romper estereotipos y apropiarse del color rosa le ha valido el reconocimiento y el respeto en la industria.