Todos querían estar en la primera fila, querían ver por última vez al que tantas risas les había sacado en las carpas, los circos, los teatros y en 49 películas, era el último adiós a Mario Moreno “Cantinflas”, el cómico que entendió a los pobres, a los humildes, a los jodidos.
La muerte, que no lo tomó por sorpresa, llegó de la mano del cáncer de pulmón el 20 de abril de 1993, sus millones de seguidores entristecieron y se volcaron a las calles de la capital para despedirlo como él lo merecía e hicieron suyas frases como: “No hay derecho”, “No que no, chato”, “Ahí está el detalle”, entre muchas más.
Personas llorando y pancartas de agradecimiento aparecieron por todas partes; ese día, EL UNIVERSAL reportó que tras darse a conocer que Cantinflas había muerto, la gente se trasladó a la funeraria Félix Cuevas con la esperanza de ver a su artista por última vez, era casi la una de la mañana cuando sus restos llegaron en una combi blanca para que su cuerpo fuera arreglado y se pudiera velar.
Ante la llegada de mucha gente a la funeraria, las patrullas resguardaron las inmediaciones y organizaron a los asistentes, quienes querían estar lo más cerca del comediante, pero la familia no permitió que se abriera la puertecilla del ataúd, porque quisieron que lo recordaran como fue en vida.
Horas antes de que el cuerpo llegara a la funeraria, estuvo en el Teatro Jorge Negrete de la ANDA, el cielo estaba nublado, quería llover, y ahí se dieron cita cientos de seguidores del mimo, entre sus colegas cómicos estaba Jesús Martínez “Palillo”, quien recordó que décadas atrás conoció a Mario Moreno en las carpas, pero que Cantinflas se había adelantado a pesar de que ambos padecían de cáncer de pulmón.
“Mi amigo Cantinflas estaba enfermo de lo mismo que estoy yo, pero Dios se lo llevó primero, porque los tratamientos me han resultado más a mí, pero eso no sé por qué sea”.
El hijo del cómico, Mario Moreno Ivanova, reveló que su padre murió tranquilo, sabiendo que el final estaba ya muy cerca:
“Murió sereno y consciente de que estaba próximo el fin. Sabía de cómo su mal se precipitó en las últimas horas. Su conciencia tranquila, satisfecho de su vida y su obra”, expresó.
-Salinas de Gortari despide a Cantinflas
Treinta minutos después de la muerte de Mario Moreno Reyes, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari expresó su pésame con un sentido mensaje en el que reconoció la grandeza de su talento que había despertado la admiración de varias generaciones.
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“Un admirable talento y una entrañable sensibilidad popular hicieron posible la creación de un personaje como el de Cantinflas, que llevó alegría a numerosas generaciones de mexicanos y a niños, mujeres y hombres de todo el mundo. Cantinflas exaltó de manera excepcional la agudeza y la dignidad de nuestro pueblo”, expresó.
El mandatario le había ofrecido un homenaje de una semana que se llevaría a cabo en junio, tres meses después de su muerte, pero el tiempo ya no alcanzó, el cáncer de pulmón derrotó a Cantinflas.
-Barrenderos y famosos le rindieron tributo:
Varios fueron los famosos que acudieron a despedirse de Cantinflas, Raúl Vale y Arlette Pacheco fueron captados entre el cuerpo policiaco femenil que resguardaba la llegada del féretro.
Fueron muchas las lágrimas que se derramaron en el ataúd del cómico que a su peculiar estilo, logró hablar de política, pobreza, desigualdad y democracia; su última película, un tributo a los barrenderos, significó que el día de su despedida, se dieran cita mientos del equipo de limpieza de la ciudad, quienes acudieron con uniformes y algunos con su característica campana.
María Victoria, con lentes oscuros, se acercó consternada al ataúd que tenía a su alrededor flores, y que fue resguardado por el entonces presidente Carlos Salinas y por personalidades como Rafael Tovar y de Teresa, Ignacio Durán de Loera, Julio Alemán, José Carreño y Mario Moreno Ivannova.
Fans del comediante se colocaron hasta en puentes peatonales cercanos para poder ver la despedida de su actor favorito; Angélica María, Lilia Prado, Carlos Amador y cientos de personas abarrotaron las calles y despidieron entre aplausos y lágrimas a Cantinflas.
-Clamor popular
Cantinflas surgió del barrio pobre, en los inicios del siglo XX: de su destacada participación en carpas y teatros comenzó a florecer el gusto popular en él; según versiones, alguien le gritó “¡ese Cantinflas!” y a Mario Moreno le gustó, así que adoptó el sobrenombre de un personaje del lenguaje entretejido y la gabardina pequeña.
Junto al cómico Manuel Medel formó una de las parejas cómicas de la época de oro del teatro, posteriormente haría lo mismo en el cine; inauguró el Teatro Follies Bergére, ubicado entonces en las inmediaciones de Garibaldi, en el centro de la ciudad, donde por muchos años trabajó incansablemente, hasta que fue desplazado por las exóticas que conquistaron el escenario con bailes sugerentes y poca ropa.
Pancartas con mensajes de despedida asomaban entre el multitudinario adiós, en una de ellas escribieron: “Mario, te fuiste, Cantinflas te quedaste para contarle a mis nietos todo lo que filmaste”.
Trabajadores del Mercado de San Cosme montaron un Cantinflas de cartón en el toldo de un auto y mostraron una pancarta dedicada a su cómico, quien llevaba casi 10 años en el retiro, aparecía ocasionalmente en entrevistas, pero con frecuencia en la televisión en las repeticiones de cintas como “El patrullero 777”, “El analfabeta”, “Su excelencia”, “Si yo fuera diputado” y “El bolero de Raquel”.