Rossy Mendoza era “la mujer de la cintura diminuta”, característica que inspiró al maestro Pérez Prado a componerle el mambo “La cintura de Rossy” en honor a su esbelta figura que destacaba entre su escultural figura que sirvió de imán cuando engalanó los escenarios como bailarina en los centros nocturnos de México.
Rossy dejó de existir en el plano terrenal, pero su recuerdo sigue intacto entre los que se deleitaron con verla mover sus encantos sobre la pista, o cantar o actuar en el cine y en la pantalla chica; en 1964 debutó en el Teatro Lírico donde alternó con Tin Tan y su carnal Marcelo.
En 1970 debutó en el cine junto a Capulina en el rodaje de “Capulina contra los vampiros”; participó en más de 25 películas como "Santo contra los secuestradores", "California Dancing Club", "Los verduleros" y "Bellas de noche", un documental que mostró la gloria de vedettes como Rossy, Olga Breeskin, Lyn May, Wanda Seux y la Princesa Yamal.
Rossy Mendoza falleció ayer por la tarde tras estar hospitalizada durante 15 días, su salud estaba muy deteriorada debido, principalmente, al Lupus que padeció por más de 30 años.
Silvana, su única hija, la despidió con un mensaje muy emotivo en sus redes sociales, el cual acompañó con una fotografía de antaño.
"Mamá @rossymendozaoficial cada minuto que pasa reconozco cuánto te amo y te estoy agradecida por arriesgarte y tener el valor de darme la vida, tu siendo apenas una jovencita que tenía que ser una gran estrella marcaste diferencias tu belleza carácter tu inteligencia, has trascendido fronteras con tu enorme talento. En esa dimensión en la que te encuentras aún estás conmigo y yo contigo, aquí con tu nieta @marianaaduraan. Tu Camino aquí es este plano aún no termina y mis lágrimas de amor e impotencia porque ya no puedo hacer nada más. Pedimos a todos sus oraciones para mí Madre. Te amamos madre mía, en ese camino que te encuentras te mandamos luz y amor".
Rossy Mendoza tenía un receta de belleza infalible, la reveló a EL UNIVERSAL durante una entrevista en 1975, y ésta consistía en una mascarilla integrada por miel de abeja, huevo, jugo de naranja y salvado.
Para ella mantener la belleza de su rostro era vital, así como la de su escultural figura que cuidaba comiendo poca carne y más verduras y frutas, así como hígado de vez en cuando.
Su amiga, la también vedette Lyn May le dedicó un sentido mensaje, en el que le reiteró su admiración y cariño como amiga, recordó que muchas Navidades la pasaron juntas, y que en los último momentos de Rossy, su amiga la pasó contenta recordando sus años de gloria, donde lo que imperaba eran los aplausos.
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