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La pasión por la música fue la que llevó a Arturo López Gavito a donde está, pues desde que era un niño creció escuchando las canciones que sonaban en la radio durante los años ochenta. A partir de ahí, sin saber muy bien a qué se dedicaría, buscó las oportunidades que lo acercaran a cumplir sus sueños, los que comenzaron a tomar forma cuando tocó las puertas de WFM radio y le pidió una oportunidad a Alejandro González Iñárritu ; esta es la historia.
En los últimos meses, el “juez de hierro”, como se dio a conocer en el reality “ La Academia ”, ha demostrado que cuenta con otras habilidades que no tienen relación con la industria musical, perfilándose como uno de los competidores favoritos para llevarse el triunfo de “ MasterChef Celebrity ”, luego de que a lo largo de más de 18 episodios demostrara una muy buena ejecución de platillos de todo tipo de cocinas.
Sin embargo, a diferencia de lo que podríamos llegar a pensar, su habilidad como productor musical no la obtuvo en las aulas de clase o leyendo la teoría de libros afines a su pasión, sino a base de la experiencia, pues todavía no cumplía la mayoría de edad, cuando López Gavito obtuvo su primer trabajo relacionado con la industria musical, de acuerdo como lo recordó en una entrevista con el conferencista Nayo Escobar.
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Durante su conversación, Escobar le preguntó al juez de “La Academia” acerca de sus inicios y qué lo motivó a dedicarse a la música. De esa manera, López Gavito viajó en el tiempo para recordar la época de su niñez, la que concibió como muy cuidada, ya que creció de la mano de una madre muy trabajadora y un padre de gran humildad, al que –confesó- es la persona que más admirará a lo largo de toda su vida.
“Mi padre era una persona muy callada pero lo más importante que él tenía era la humildad”, recordó. “Fue a través de mi padre que empecé a entender la grandeza de los hombres”, recordó.
Originario de la Ciudad de México, los primeros años de su vida los pasó en la colonia Roma, la que recuerda muy distinta a la zona gentrificada en la que se ha convertido actualmente, en la que salía mucho a la calle, pues a sus 13 años descubrió el metro, el transporte que utilizaba para trasladarse a conocer toda la ciudad, lo que forjó la personalidad curiosa con la que se denomina así mismo.
Pese a que el crítico musical recuerda haber vivido una niñez libre, también reconoció que creció muy unido a su familia y que, en aquella época, ya había fomentado una de sus pasiones; el coleccionismo, pues a sus seis años comenzó a coleccionar las figuras de los personajes de “Star Wars”, lo que lo hizo apreciar el cine, el arte y el diseño.
“Yo no tenía problemas para jugar sólo, hacía mis mundos y recreaba lo que pasaba en la película y tenía mis diálogos; mientras estaba poniendo mis muñequitos y mis naves tenía puesta la radio todo el tiempo que me acompañaba todo el tiempo y yo iba descubriendo la música, la mejor música de los años ochenta”, recordó.
De esa manera, el juez comenzó a experimentar la necesidad de conocer a los grupos que escuchaba, lo que, eventualmente, produjo que se interesara en los formatos para escuchar música. Sin embargo, López Gavito reconoció que nunca pensó que terminaría dedicándose a su gran pasión.
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“Era impensable, hasta que tuve el valor de irle a pedir a Alejandro González Iñárritu un trabajo en 1987”, rememoró.
Eran los finales de los ochenta, época en el que el cineasta mexicano se dedicaba a la radio y trabajaba en WFM, una exitosa estación de radio de ese tiempo. En ese momento, López Gavito tenía 16 años y su decisión lo llevó a esperar más de cuatro horas a González Inárritu, que fungía como locutor de la estación.
Pero en ese momento el juez no tenía la expectativa de obtener un gran puesto, por lo que se dirigió al director de cine expresándole que haría cualquier trabajo que lo mantuviera cerca de la estación de radio que más le gustaba escuchar.
“Yo le ofrecí bolearle los zapatos, le ofrecí que entraba sin que me pagara sueldo y, bueno, no me pagó”, dijo. “Acabó apagándome el sueldo mínimo tres o cuatro meses después”, detalló.
De esa manera, poco a poco, López Gavito aprendió diferentes aspectos del oficio como escribir a máquina, redactar, producir programas de radio, escribir guiones para los programas y entrevistar a las figuras que visitaban la cabina que lo llevaron a trabajar cuatro años a la estación, hasta que recibió una llamada de Warner, la compañía que le abrió el camino para convertirse en productor musical.
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melc