El violinista Ara Malikian ofreció una velada emotiva y llena de anécdotas en encuentro con el público mexicano, rompiendo esquemas tradicionales y no sólo por su forma de tocar sino también por su estilo de vestir pues los trajes de cola larga quedan fuera de su look.
Este músico ha optado por una imagen más desenfadada, muy al estilo de los rockstars, con un chaleco que le permite lucir sus múltiples tatuajes, así como una melena afro que se mueve al compás de sus notas que van de la emotividad a la tristeza y la euforia.
Suaves notas de teclado poco a poco se diluyeron para dar paso al violín de Ara, quien se dio su espacio para contar un poco de lo que ha sido su vida y por lo que ha atravesado para ser considerado de los mejores en su género.
Tras ofrecer las piezas “Concerto grosso” y “Rough dog”, para calentar los ánimos, el violinista hizo un espacio para romper el hielo y acercarse a sus seguidores y a quienes por primera vez lo acompañaban.
“Buenas noches, estamos felices de volver a esta tierra que es México y encontrarnos con este público maravilloso”, expresó Ara Malikian.
“Los músicos buscamos los garages. En Líbano, donde he nacido, allá por la época de los 70, misma década en que empezó una guerra, yo tenía seis años y no estaba consciente del peligro, pero mi padre supo cómo convencerme de hacer música como los Beatles”, apuntó.
"Pisando las flores” fue otro de los temas emblemáticos de la velada, ya que se remontó a su adolescencia, cuando tenía 15 años y estuvo en Alemania.
“Castor”, “Lucine”, “Sweet child o' mine” daban cuenta de este espectáculo que forma parte de su Royal Garage World Tour , que lo llevará por el mundo durante los próximos tres años.
Como se esperaba también soñaron temas de bandas como Guns n' Roses y Led Zeppelin , así como propios con los que robó la atención.
“Muchas gracias”, apuntó Ara, quien también narró cómo llegó a España, país en el que radica y donde encontró buenos amigos que al igual que él amaban la música.
En estas breves charlas con su público también aprovechó para jugar con las palabras y darles un doble sentido, lo que puso el toque picante al encuentro musical, donde también recordó a grandes figuras como el compositor ruso Piotr Ilich Chaikovski con el vals Scherzo.
“Milongas de Kairo”, “Bacherolette”, “Aliens office”, ”Kashmire”, “La llorona” y “Misirlou” también fueron parte del repertorio del violinista, quien dejó a su público con un grato sabor en esta cálida velada en la Ciudad de México.