No le dijo por qué. A Virginia Sendel solamente le avisaron que Ángel Leonel, el joven protagonista de la película había rechazado —ya estando en la ciudad estadounidense de Galveston, en el estado de Texas— la prótesis para su brazo que ella le ayudó a conseguir a través de la fundación Michou y Mau, justo después de conocer su historia de vida.
“Vi que el chico pedía apoyo a los carros en las calles, tenía como 15 o poco más años y pensé que se le podía ayudar, me comuniqué con alguien de EL UNIVERSAL, los encontramos y nos dieron las direcciones de dónde estaba, le ofrecimos llevarlo a Galveston para que le pusieran la prótesis, conseguí que lo aceptaran, lo trajimos a México porque vivía en Sonora, de aquí voló a Galveston, lo tuvieron primero allí y después en el hospital de Houston”, compartió la también periodista.
En una entrevista para este medio en 2020, Ángel contó cómo había sido que el director de la película, Julio Hernández Cordón, había dado con él en su búsqueda de un niño con esas características para dar vida a un chico de su edad a quien el narco lo había amputado. En la vida real, él perdió su antebrazo por la explosión de un transformador.
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Entre los planes de Ángel estaban estudiar hasta donde pudiera y continuar con la actuación, y fue por eso que Sendel, fundadora de Michou y Mau, que apoya principalmente a niños quemados, decidió hacer algo al respecto: buscarlo y ofrecerle ayuda a él y a su madre, pues siendo aún menor de edad, tenía que ir acompañado de un tutor. Ambos aceptaron.
“Ya le habían medido la pieza y al parecer la mamá no estuvo de acuerdo y el chico, según me informaron en Houston, dijo que él ya se había acostumbrado a usar una mano y que no quería eso, tuve que hablar y ofrecer disculpas. Son de los casos que te desilusionan, pobre chico, pobre mamá que no entendió que el brazo cuando lo necesites, te lo puedes poner o quitar”, lamentó Virginia Sendel.
La fundación perdió contacto con él y con su mamá a partir de ese momento, y desde entonces, cuenta Virginia, no han vuelto a tener noticias sobre el adolescente o de su madre.
Al final, lamentó que se hubiera negado a la aposibilidad de tener este apoyo para su vida cotidiana, pero también reconoció que hay muy pocos casos como este.