Acapulco.— Rosa María García recuerda que su hermano Andrés “siempre hizo lo que quiso, era muy aventado y gozó una vida plena”.

En entrevista en la casa de la viuda del actor en este puerto, Margarita Portillo, su hermana menor, quien es asesora inmobiliaria, señaló que el artista, quien le llevaba 10 años, antes había decidido entregar su vida y su estudio al cuidado de los animales.

“Le gustaba la veterinaria, estudió esa carrera un año, no la concluyó, luego se independizó, se vino a Acapulco y se hizo buzo, de aquí saltó a la fama para ser Chanoc”, indicó.

En total fueron tres hermanos: el mayor era Andrés, le sigue Antonio y al último Rosa María; cuando eran niños jugaban entre ellos.

“Siempre nos correteaba a Antonio y a mí, nos hacía rabiar, a mí me asustaban, se escondían en la casa y luego me salían de repente”.

En el colegio, dijo, él sí llegó a ser aplicado, pero al mismo tiempo travieso.

“No duraba en las escuelas pero sí terminó de estudiar la prepa, luego el año de veterinaria y la actuación”.

Rosa María compartió que la actitud de casanova la tuvo desde siempre.

“Era tremendo, fiestero, movido, mujeriego, desde chiquito era noviero, pero además como era muy guapo, las mujeres lo buscaban”.

Era muy buen hermano y muy buen hijo, añadió Rosa.

“Siempre fuimos muy cercanos, teníamos muchísima comunicación”.

En la última plática, recordó, ella le dio ánimos:

“Échale para adelante porque todavía debemos tener mucho Andrés, pero francamente su enfermedad estaba avanzada. El cuerpo pasa su factura tarde o temprano”.

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