Hace casi un año, Andrés García afirmó que durante una breve etapa de su vida sostuvo hasta 800 relaciones sexuales, con diferentes mujeres.
El actor, quien falleció ayer a los 81 años de edad, dijo que de su cumpleaños 16 y hasta el 26, contabilizaba las personas con quien sostenía intimidad, pero luego dejó de hacerlo.
“No quiero ni saber”, dijo cuando le preguntaron con cuántas mujeres había estado.
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Verdad o mito, aderezado por él mismo, la verdad es que Andrés fue uno de los galanes más cotizados del cine y la tv mexicana, cuyas aventuras traspasaraon las pantallas.
Aquí te presentamos algunas de las razones por las cuales el histrión logró explotar su físico en donde se paraba.
- En los 60 vivió en Acapulco y fortaleció el cuerpo por su gusto a la natación. Fue instructor de buceo en un hotel del puerto y amigos cercanos recuerdan que las turistas, nacionales y extranjeras, lo buscaban exclusivamente a él para las clases.
- Lucía Méndez, su amiga, señala que una de las cosas que hacía atractivo a Andrés era su sonrisa. “La tenía muy bonita”, recuerda la actriz. Y el actor lo sabía: en cada una de sus actuaciones, uno de sus gestos más emblemáticos era levantar levemente el labio superior, mostrando sus dientes, al tiempo que miraba fijamente a su interlocutor.
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- Su principal arma para conquistar mujeres fue siguiendo el consejo de un francés, a quien conoció en el buceo: hacerlas reir. El europeo le dijo que nada servía comprarles cosas o llevarlas a lugares costosos, porque eso no duraba, sino que estuvieran divertidas con él.
- Caballeroso y agradable. Era alguien que trataba muy bien a las mujeres, abriéndole la puerta del auto o acercándole la silla en una cita. Además, cuentan, era un buen conversador con todas las anécdotas que tenía en la memoria.
- Con su primera película “Chanoc” (1967) labró la imagen de un hombre inteligente, astuto y atlético, que no dejaba de disfrutar la vida. En “Tintorera”, de los 70, interpretó al personaje aventurero y sin miedo, el cual repetiría en “El triángulo diabólico de las Bermúdas”. En “Pedro Navaja” logró conjuntar todo eso.
- Su galanura también atrajo hombres, pero en una entrevista con Monserrat Oliver y Yolanda Andrade, aseguró que nunca se sintió interesado en experimentar con ello.
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