La conductora Andrea Legarreta se encuentra pasando por un momento complicado de su vida, pues hace apenas unas horas anunció que tanto ella como su aún esposo, Erik Rubín, tomaron la decisión poner en pausa su relación de más de 22 años.
A través de un emotivo comunicado que lanzaron en redes sociales, la pareja reveló que no había nada oculto detrás de su ruptura, incluso, aseguraron que el amor entre ellos seguía intacto ; delcararciones de la conductora sostuvo en un reciente encuentro con la prensa.
A su salida de las instalaciones de Televisa San Ángel, la conductora del programa “Hoy” confesó los motivos que los llevaron a separarse, eso sí, también explicó que ninguno de los descarta que con este "break" la llama del amor resurja y puedan volver a estar juntos.
“No es como que tengamos el alma rota, son etapas difíciles, uno no se une pensando que esto va a suceder, no sabemos qué pase el día de mañana, pero puedo decir que los dos estamos tranquilos, en amor, en paz”, dijo.
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La también actriz reconoció que, a pesar de llevar una vida hermosa jutnos, la monotonía y la costumbre terminó por ganarles, pero eso no quiere decir que lo que sienten el uno por el otro haya terminado: “Obviamente tantos años debe haber una parte que aunque ames, hay costumbre, al final te acostumbras a un trabajo, a tus hermanos, a tus amistades, a compartir tanto tiempo y tanta vida juntos, evidentemente hay una costumbre, pero también hay amor aunque cueste trabajo entenderlo”.
Antes los comentarios de mucha gente que todavía no comprende cómo es que terminaron si ambos aseguran que siguen amándose y hasta los han tachado de fingir su matrimonio, dejó en claro que ningún momento de su historia con el exTimbiriche fue actuado y aseguró que es absurdo que alguien quiera aparentar una buena relación.
“No andamos por la vida jugando un papel, también hemos pasado por momentos muy complicados, dolorosos o tristes. No tenemos ninguna necesidad de estar fingiendo, actuando o aparentando, nunca hemos dicho que somos perfectos, ni pretendemos serlo, porque nadie lo es; pero al final no hay nada malo, ni turbio", agregó.
Aunque no hubo gritos, ni sombrerazos con Rubín, sí notó que su historia con él cambió y ambos no quisieron llegar al punto de ser intolerantes o buscar lo que les falta en su pareja con una tercera persona, indicó.
“Para algunos es más fácil tirarse por un pleito fuerte por una decepción, de ofensas, gritos, sin embargo hay personas que les cuesta entender que también se puede utilizar la inteligencia emocional”.
“Somos mejores amigos, somos socios, seres que se aman, aunque a la gente le cueste trabajo. La gente dice ‘no lo entiendo, ha de haber alguien más’. No hay nadie más para ninguno, ni hay ganas ni siquiera, no hay mala onda”.
“El amor sí se transforma y no necesariamente desaparece, al final son muchos años juntos, a veces estás distraido en el trabajo y asumes que ahí va a estar el otro para siempre, a veces descuidamos la pareja como tal, hasta las idas al cine, esas cosas que se tienen que ir haciendo al día a día, a veces pasa y cuando volteas descubres que sí hay un amor grande y sincero, que le deseas lo mejor a la otra persona”, finalizó.
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