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Han pasado nueve meses desde que Pablo Lyle fue sentenciado a cinco años de prisión y ocho más, en libertad condicional, por el delito de homicidio involuntario, y su familia está más presente que nunca, pues a pesar de que la relación amorosa entre él y su exesposa, Ana Araujo, ya llegó a su fin, la joven sigue apoyándolo, pues ayer fue captada en la Ciudad de México, luego de una visita que ella y sus hijos realizaron al actor en la correccional Turner Guilford Knight, en Miami.
En 2019, Lyle protagonizó un altercado vehicular en una avenida de las calles de Miami junto a Juan Ricardo Hernández, un ciudadano estadounidense de origen cubano, a quien golpeó, luego de que este lo amedrentara verbalmente; la lesión produjo un traumatismo en la cabeza que, finalmente, acabó con su vida.
Pero tuvieron que pasar casi cuatro años para que el actor recibiera su sentencia, pues diversos percances, entre ellos las restricción por el Covid-19 impidieron que se llevaran a cabo las audiencias en el tiempo que correspondía y, finalmente, a inicios de febrero, Marisa Tinkler, la jueza encargada del caso de Lyle, lo sentenció a cinco años en prisión y ocho más en libertad condicional.
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A lo largo de este proceso, el apoyo de la familia del actor fue clave, por lo que la noticia de que Ana Araujo, su esposa desde 2014, había reanudado su vida sentimental en septiembre pasado dividió opiniones, pues hubo quienes aplaudieron que decidiera seguir con su vida, también hay quien la ha juzgado con no ser solidaria con Pablo.
Sin embargo, en una entrevista reciente que Ana concedió a Aislinn Derbez dio a conocer que, en realidad, la ruptura se dio antes del incidente vehicular en 2019, época en la que ya pensaba pedirle el divorcio a Pablo, sin embargo, los acontecimientos cambiaron por completo sus planes, precisamente porque sabía que tenía que estar presente para apoyar no sólo el padre de sus hijos; Arantza y Mauro, sino a un amigo, pues se conocieron cuando apenas eran unos adolescentes.
"Pablo y yo ya estábamos en un proceso de divorcio, entonces cuanto todo eso sucede, a mí sí me agarró muy desprevenida, porque ya habían pasado situaciones en nuestra pareja que ya nos había llevado, sobre todo a mí, a tomar esta decisión, y cuando sucede todo esto, para mí fue como de: ´-Ay, Dios ¿qué hago?´, pero al verlo tan tocado a él, no había manera de que decidiera seguir con el divorcio", confió a la actriz.
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Ahora, la joven de 35 años ha demostrado que a pesar de su distanciamiento como pareja, su compromiso como familia continua, pues este fin de semana viajó junto a sus hijos a Miami para visitar al actor en la prisión en que se encuentra.
Ana fue captada con sus hijos en su arribo al aeropuerto de la Ciudad de México, en el que aterrizaron para más tarde trasladarse a Mazatlán, Sinaloa, donde residen actualmente, sin embargo, no quiso entrar en detalles de la situación que atraviesan como familia, pues aseguró que no era lo mismo hablar de su experiencia en el momento y la forma que ella creía conveniente, que responder a los cuestionamientos de la prensa.
"Ahorita es muy vano lo que pueda decir, no es cómodo, cuando estoy cómoda en mi casa es cuando puedo compartir cualquier mensaje; Pablo está bien, así que vienen contentos (Arantza y Mauro) de ver a su papá", compartió.
Y desmintió que el actor esté atravesando un episodio de depresión: "Para nada, él está bien, de mente, de salud".
Afirmó, además, que las visitas al actor continuarán a pesar de que impliquen un gasto considerable de dinero, pues para eso trabaja.
"Cuando se pueda, claro... para eso trabajamos, él sabe que yo voy a estar ahí con él y con los niños y lo que necesite, somos equipo siempre", destacó.
melc