Se autobautizaron como Amazonas Eléctricas porque es el primer staff en México integrado únicamente por mujeres responsables de cargar, colocar y desmontar fierros, luces, lentes y todo lo necesario en iluminación y tramoya, para una producción audiovisual.
Entre Sophia, Annie, Marilú, Melody, Alma, Hesse, Maya y Kandy suman más de 50 años de experiencia, en los cuales han estado individualmente en producciones como Spectre, del agente 007 y juntas como grupo en las series Diablero y No fue mi culpa, esta última de Disney.
“Creo que nace de un movimiento de inclusión en el que las mujeres adquieren más derechos e igualdad en el área laboral. Es estar en crecimiento y no dejar que nos digan que, por ser mujeres, no se pueden hacer ciertos trabajos”, dice Sophia Stieglitz, cinefotógrafa y fundadora de las Amazonas.
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Las luces que cargan pueden pesar hasta 70 kilos; sin problema andan en las alturas para colocar lo necesario para una buena iluminación; llegan temprano al set y se van tarde.
50 AÑOS de experiencia suman los ocho integrantes de las Amazonas
No hay por el momento un censo de cuántas mujeres se encuentran en el área eléctrica del audiovisual, pero se sabe que es dominada por hombres.
“Me topé con un mundo de hombres en el que, como supuestamente yo no era fuerte, no podía cargar un cable de luz.Tenía 20 años, tener ese ‘no’ fue terrible”, rememora.
“Una vez —comenta Melody, amazona procedente de Perú—, uno de los hombres con los que trabajaba me dijo que si no me daba pena dejar a mi hija (en casa), me fastidió tanto que no volví a trabajar con él”.
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En el medio masculino cinematográfico, las mujeres en el área técnica deben adoptar actitudes de hombre. Eso le pasó a Marilú, hija de un gaffer reconocido, quien en el set dejaba de ser su padre.
70 KILOS llegan a pesar las luces que cargan las Amazonas
“Me hice un carácter enojón, no grosero, sí rudo, hosco; de pronto llego con las chicas y me tuve que adaptar, aquí fue confiar más en mí”, cuenta.
Hess fue alguien que cambió su trabajo en el área de arte por el staff de eléctricas. Comenzó como chinchihuilla o aprendiz de cine, para ganarse su lugar.
Debido a la pandemia, el trabajo ha sido más difícil. Por protocolos se les pide no hacer grupos numerosos y el cubrebocas dificulta la respiración.
Aún con todos los cuidados, no faltan accidentes. Melody cuenta que hace tiempo subió a desmontar una franela y la escalera se vino abajo, lesionándose el brazo y tobillo.
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“Tenía un puesto importante y, como soy extranjera, no lloré, me hice la valiente para no darles el gusto de verme llorar, me tragué mis lágrimas; me vendé y a seguir trabajando”, refiere.
¿Y el pago? A diferencia del otras áreas laborales, entre los equipos técnicos el salario es el mismo para hombre o mujer.
“Cobramos igual, el tabulador es el mismo para todos, obviamente hemos tenido proyectos con más o menos presupuesto, eso se sabe, pero siempre tenemos lo mismo. Llevo 14 años en el medio y antes la mujer era invisible”, destaca.
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Kandy es de las más nuevas en el grupo. Ella es especialista en foto fija, pero paulatinamente fue enrollándose con las Amazonas, atraída por lo que veía de ellas. “Andaban arriba, colocando cosas, cargando y me decía que yo también quería hacer eso. Me dieron la oportunidad y me da una satisfacción enorme a nivel profesional”, subraya.