Las últimas dos décadas de su vida, tras un largo periodo metido en drogas, clínicas de rehabilitación e infartos provocados por los excesos, Alonso Echánove la pasó dando clases en Guanajuato y al frente de un grupo de teatro.

El actor fue considerado, en la década de los 80 y 90, como uno de los mejores de México gracias a filmes como "Lolo y Modelo antiguo", trabajo último que le valió el Ariel de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.

Su presencia era un imán para la gente, pero también una especie de traba para quienes deseaban ser como él. A Damián Alcázar, entonces pensando probar suerte en la Ciudad de México, sus amigos le decían que no valía la pena intentarlo, pues ya estaba Alonso con características similares.

Ayer, a los 68 años, . Ahora mismo puede ser visto en cines con la cinta "El Poderoso Victoria", donde tuvo una breve aparición.

“Empecé más o menos a los 14 años fumando mota; después fumé e inhalé cocaína y después fue el acabose”, recordó en 2012 en el programa "Historias Engarzadas", de TV Azteca.

Tenía 26 años cuando filmó su primera película, "A fuego lento", con su madre la también actriz Josefina Echánove . Pero para entonces ya presentaba problemas en sus adicciones, incluso pidiendo dinero a quienes eran sus fans, para comprar sustancias.

Hermano de la cantante María del Sol y la periodista Peggy Echánove, Alonso tenía tanto talento que fue llamado para telenovelas como "La casa al final de la calle", "Buscando el paraíso" y "Juana Iris".

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Parte de su familia, en lugar de detectar en él a una persona enferma, le recriminaba su accionar. La cosa empeoró porque incluso grupos de narcos les llamaban por teléfono cobrándoles adeudos del actor para con ellos.

“Mi mamá decía que él no lo había educado para hacer eso”, contó Peggy en la misma emisión.

“No me importaba mi vida, ni mi hija, ni mi mamá, ni nadie más, lo más importante para mí era buscar la roca (de droga)”, reconoció el actor en una entrevista.

“Una vez salí de una clínica de rehabilitación, un lunes, y el martes ya estaba consumiendo”, abundó.

Varios días vivía en la calle y dormía en ella en basureros. La familia lo buscaba, pero él le rehuía, o se dejaba ayudar sólo por un breve tiempo.

Su adicción empeoró el panorama

En 1996 el actor sufrió un infarto cerebral derivado de su adicción al crack.

Su vida se puso en peligro y el diagnóstico médico fue que quizá no hablaría de nuevo y tampoco probar comida. Pero salió adelante y a los pocos días volvió a buscar droga.

Pasaron otros cuatro infartos más y fue cuando decidió alejarse del vicio.

Pero en 1998, un año después de no recurrir a la droga, le sobrevino el sexto ataque cerebral que lo dejó ya con secuelas permanentes en el habla y el caminar.

“He lastimado muchísimo por mucho tiempo a mi hija, a mi esposa, a mi mamá, a mis hermanas, y no me han dejado”, expuso en algún momento Alonso.

Desde el 2000 fue llamado a filmes como "Todos hemos pecado", "2033", "Familia Gang" y "Cuatro lunas", así como las telenovelas "Amarte es mi pecado" y "La otra".

rad

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