Una actriz que no puede faltar en las producciones de Alejandro Gou es Alma Cero, su talento y su capacidad de sacar adelante cualquier contratiempo, como aprenderse una obra en horas la han hecho talento imprescindible en los montajes de dicho productor.
Por más de dos años formó parte del musical Lagunilla mi barrio, interpretando a La Jarocha, la chica sexy de la colonia.
Si bien el personaje le dio reconocimiento y cariño por parte del público, para Alma era importante tomar otros proyectos, por ello se despidió de La Jarocha.
“Es un momento de transición, estoy pasando por un cambio físico importante, también quiero mi carrera a otro lugar, y poder avanzar a otro tipo de personajes para mí es muy bueno, porque me mantiene viva y creativa”, explicó.
Ahora, el nuevo reto para Alma es una puesta más pequeña pero igual de importante, a la obra Lavar, peinar y enterrar. Historias de una estética en serie, la cual se encuentra en temporada en el Teatro Xola, con funciones sólo los lunes, y en la que comparte escenario con compañeros suyos como Ignacio Saucedo, Shiky, Aldo Guerra y Juan Carlos Martín del Campo.
Lavar, peinar y enterrar cuenta la historia de Gabi, una estilista, dueña de un salón de belleza llamado D’Gaby; ella y su ayudante Fernando, vivirán una enloquecedora noche cuando, a punto de cerrar el salón, son secuestrados por Lucas y Víctor, una “pareja” de maleantes a quienes por sus intenciones de atraco se encuentran con los espeluznantes secretos que Gabi guarda en su sótano.
Alma Cero contó que se trata de una comedia de situación, que le ha permitido probarse con otra clase de personaje, muy diferente a lo que se le ha visto hacer.
“Está plagada de humor negro, que me encanta porque se me hace el humor más inteligente y tiene toques al estilo Almodóvar.
”Son situaciones completamente fuera de lo común, con personas peculiares; es muy divertida y no contiene chistes remates, sino que la comedia es de situación y eso la hace mucho más atractiva”.
El autor resalta esos errores que comente cualquier ser humano, que lo llevan a mostrar su luz y oscuridad en su carácter, es esto lo que hace tan completos y divertidos a cada uno de los personajes.
Dicha puesta en escena es la novena que produce su esposo Enrique Orozco, la sexta que hacen juntos como socios y la primera en la que ella trabaja como actriz.
“Me dan mucho más nervios porque ahora está involucrado el corazón también; aunque siempre lo pongo en cada aspecto de mi trabajo, pero con ete proyecto hay un doble compromiso porque él (mi esposo) le echa todas las ganas a nuestras producciones”.