
“¡Quiero oír un grito de toda la bola de cabrones!”, es una de las tantas frases que Alex Lora ha patentado en sus presentaciones en vivo para entablar una dinámica de insultos con su público que, lejos de ofender, pone felices a los presentes durante algún concierto de El Tri.
Esta forma de manejar al público, pero, sobre todo, la respuesta que siempre ha tenido, es lo que mantiene enérgico y fuerte a Alex Lora. No ha sido un recorrido fácil; nadie podría decir eso cuando el tren en el que viaja Lora y compañía no se ha detenido durante casi 56 años.
“El rock’n roll es la fuente de la juventud, es lo que me motiva a levantarme diario, es lo que me da para adelante. La prendidez de la raza me motiva para seguir en esto”, subraya Lora en entrevista con EL UNIVERSAL.
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Previo a un concierto tan emblemático como el que ofrecerá hoy en el Estadio GNP (antes Foro Sol), Lora reconoce que sí hay secretos para recorrer ese camino, sin transbordes ni cambios bruscos de ruta, en óptimas condiciones, algo que, asegura, percibirán los miles de fans que acudan hoy a ver a El Tri.
“La clave es ensayar mucho, desconectarme, claro. Trato de dormir bastante para poder llegar a ese día con toda la pila, pero después de 56 años y tantas experiencias y tantas tocadas me siento más capacitado para darle al público ese día lo que desea, que es pasársela cabrón y echar desmadre”, asegura.

Juventud rockera
Estar frente a Lora es casi una contradicción: su actitud rebelde y relajada, sus chamarras de cuero y sus lentes oscuros contrastan con lo que se nos dice de la edad. Tiene ya 72 años y, al parecer, la primera autoridad que combate no es el sistema ni las instituciones, sino el tiempo mismo: es un rebelde temporal.
“Lo que pasa es que el rock es la música de la gente joven. El mundo es un mundo de gente joven, por eso tiene tantos años de existir. Cada vez hay más estilos y, afortunadamente, hay más público, si no, no estaríamos nosotros a punto de llenar un pinche Foro Sol, chinga”, explica.
El viaje ha cambiado mucho. Inició en 1968 como Three Souls in My Mind, interpretando covers de blues y rock en inglés, influenciados por bandas como The Rolling Stones y Cream. La parada en Avándaro, en 1971, el Woodstock mexicano que congregó a 100 mil personas en una época de gran represión, replanteó la identidad del grupo.
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A inicios de los 70, con la incorporación del repertorio en español, Lora y compañía hallaron su esencia: el rock urbano, el de la clase trabajadora, el de los sin casa, el que mienta madres al sistema y su corrupción, el que no minimiza la fe ni a sus seguidores.
“Si hemos hecho algo bien, es cantar con verdad. En un principio cantábamos en inglés, pero luego dijimos: ‘Vamos a conectar con la raza’, y es lo que creo que se ha logrado. Las canciones tienen el mismo mensaje y hablan de la misma situación. Lo que se adapta son los personajes y el momento que estamos viviendo”, reflexiona Lora.
Además, el compositor de temas como “ADO” o “Las piedras rodantes” asegura que, acompañado de esa honestidad, está algo que lo ha motivado siempre en el camino: el amor, un sentimiento que asume como rebelde en sí mismo.
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“Es lo que mueve al mundo, es lo que me mueve a mí, lo que me sigue impulsando a tocar, a compartir, a vivir de esto. Lo que provoca la música es eso: amor, y es lo que hace que la gente vaya a un show”.

Por ello, aclara, tampoco se detiene a ver quiénes son sus detractores, porque siempre los habrá.
“Cada quien es libre de hacer de su vida un cucurucho, ¿verdad? Quien piense distinto a mí, pues lo respeto. Hay mucha gente que nos tira cagada en redes sociales, ¿verdad? Ahora es muy fácil, pero el odio es una enfermedad que perjudica más al que odia que al que odian. El que odian está tranquilo, pasándola a toda madre, y el que odia se va consumiendo”, subraya.
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Lora tampoco se engaña: sabe que el tiempo apremia y arrebata. Pero, también por ello, sólo piensa en gozar cada tocada, en la que deja un poco de sus más de 50 discos.
“Es un regalo la vida, que hay que vivir y aprovechar intensamente, porque la muerte es lo único seguro que tenemos. Lo que tiene que pasar va a pasar como tenga que pasar. Mientras... a disfrutar”.
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