Alejandro Suárez señala, citando las palabras del director Arturo Ripstein, lo que es El diablo entre las piernas, filme que protagoniza y llegará en marzo a cines: “¡es una película porno senil!”
Lo dice riendo un poco, porque en la historia él es un hombre mayor, con fetiches sexuales y quien maltrata a su esposa (Sylvia Pasquel).
“Soy un cuate que está ahí; (el machismo) está en todos lados, siempre ha pasado eso”, comenta.
El diablo entre las piernas se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto, donde cosechó críticas favorables, siguiendo su paso por el certamen de Morelia y tendrá una función especial en la próxima edición del de Guadalajara.
Con la actuación de Greta Cervantes (Los Héroes del Norte), Patricia Reyes Spíndola y Daniel Giménez Cacho la cinta llegará a salas comerciales el 20 de marzo.
Actualmente Suárez (Ensalada de locos), de 78 años, promociona Rebelión de los godínez, comedia en que encarna a un abuelo que impulsa a su nieto a salir de su zona de confort y cumplir sueños.
Con cinco décadas de carrera, Suárez agradece que le sigan pagando por divertirse en un set. ¿De salud? Perfecto está, asegura.
“Uso mucho la mente, no me molesta el sol, el frío, el calor, estoy contento con mi trabajo”, expresa.
El intérprete de “Vulgarcito” nunca pensó en ser actor. Cuando vivía en la colonia Santa María la Ribera, Ciudad de México, veía tres películas diarias en los cines de la zona.
“No fui a la escuela de arte dramático ni nada de eso sino que iba al Rívoli, al Lux, al Majestic que estaba a la vuelta de donde vivía, a las cuatro y salía a las 23:00 y entonces me sentía el protagonista de lo que había visto.
“Imaginen un chamaco de 10 años, que a las 11 de la noche iba con las cortinas (de los comercios) cerradas, sentía que alguien lo perseguía o si era de guerra (la película) que iba escondiéndome, o llegaba y me “sacaba” balas”, cuenta.
“Todavía hoy voy en coche y me creo en parte lo que viví”, dice divertido Suárez..
Su ingreso a la televisión, en los albores de los 60, fue en la emisión Chucherías de donde conocía a Antonio Ferrer, uno de sus escritores.
“Dijo que fuera a hacer una prueba y ahí me quedé. Emilio Azcárraga Milmo (fundador de Televisa) decía que en la tele había que tener respeto porque no se toca la puerta, si supiera lo que ahora se ve, revive”, comenta entre risas.