Planear una boda nunca es fácil, de hecho, muchos de mis clientes llegan conmigo temerosos y llenos de estrés, porque hacer una boda les genera nervios, por los miles de detalles que trae consigo.
Si a esto le sumamos los tiempos que estamos viviendo y las nuevas regularizaciones, la ansiedad puede ser mayor. Recientemente, tuve la oportunidad de organizar una boda, en un espacio privado; quiero contarles un poco de lo vivido y que será parte de nuestra nueva normalidad en los eventos.
De inicio nos enfrentamos al reto de crear un espacio seguro y libre de Covid, en la medida de lo posible, ante esta coyuntura, las familias de los novios acordaron hacer pruebas asumiendo el costo para todos los que participaríamos en el evento. Decidimos montar un laboratorio privado, algunos días antes de la boda, para que todos los invitados y staff acudiéramios con citas asignadas a realizarnos la prueba PCR.
Como bien sabemos, hacerte una prueba de diagnóstico, nunca es fácil, pero comprobé que la prueba de Covid, es una de las cosas que más ansiedad genera en la actualidad. Aún así tuvimos que esperar 72 horas, para conocer los resultados y mientras tanto, otras cosas sucedían…
Diseñamos un espacio con más mesas, pero menos comensales, solo 8 lugares por mesa, y con acceso a una terraza para tener mejor ventilación y aire puro. Se desinfectaron todos los elementos que usamos, vajillas, manteles, flores, en las mesas había gel antibacterial, desinfectante y cubrebocas para todos.
En la nueva realidad de los eventos, es necesario una logística distinta, donde el montaje sea más escalonado, organizando a los proveedores con más tiempo y espacio, para no tener aglomeraciones de personas. Esto también fue un reto, pero al final se logró de manera exitosa.
Después de tantos meses sin trabajar, puedo decir que todos los que laboramos en la industria de los eventos, estamos ansiosos por retomar nuestra pasión y en esta reciente boda eso se notó. Vi muchas caras conocidas, sentí mucha flexibilidad en los proveedores, todos ellos dispuestos a integrarse con los nuevos requerimientos y de verdad hubo reencuentros, casi que al borde de lágrimas, sin exagerar se los aseguro, porque esta Pandemia, para la Industria de las bodas ha sido paralizante.
El día y la hora esperada llegó, los resultados de las pruebas también y desafortunadamente los positivos, no pudieron acompañar a la pareja, debo de decir que todos esos positivos están bien, sin complicaciones y recuperándose en sus casas.
La emoción recorría el lugar, una pareja estaba casándose y el amor triunfando ante todo, la tarde fue avanzando, las luces encendiéndose, algunos ya comenzando a bailar, por unas horas varios de nosotros olvidamos los largos meses en cuarentena, los momentos en los que pensamos en que una boda no sería realidad.
La pandemia de Covid, ha transformado muchos de nuestros hábitos, nos ha hecho más temerosos, tenemos más cuidados, pero lo que no cambia ni cambiará nunca, es el amor entre las parejas y los seres humanos.