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La cantante argentina Mariana Mallol recuerda su infancia en Buenos Aires y lo primero que viene a su mente es lo musical que es su madre, un factor que la llevó a convertirse en artista. Ahora la historia se repite con su hija Catalina, de 13 años.

“No estamos pensando en impulsar ninguna cosa, simplemente para mí fue tan orgánico el tema de la música con mi mamá que creo que kme surge naturalmente con Cata; la única diferencia es que mi mamá no se subía a un escenario y yo sí”.

Tanta es la conexión de Mariana con su hija que fue Catalina quien compuso el tema que le da nombre a su álbum más reciente, “Agüita de limón con chía”.

“Me da alegría que ella quiera participar. Catalina de repente una tarde haciendo agua de limón en casa, arrancó con un pedacito de melodía y letra; yo empecé a tirar de ese hilito y ella fue armando la canción; yo hacía eso de chica, inventaba las canciones y estoy segura que hay un montón de niñas y niños que lo hacen”.

Ahora que está por festejar 20 años de carrera artística, Mariana hará partícipe de esta celebración a su hija, cuando la acompañe en el escenario del Teatro de la Ciudad mañana.

“Fue difícil elegir el repertorio para ese día, habrá algunas que se nos queden afuera pero no podemos hacer un show de tres horas porque son niños pequeños, entonces vamos a tocar el repertorio de ‘Agüita de limón con chía’, y algunas clásicas”.

En esta ocasión especial también la acompañarán sus amigos Edgar Oceransky y Ernesto Anaya, además del Coro de Niños y Jóvenes Cantores de la Facultad de Música de la UNAM, con quienes interpretará la canción “Con cierto amor”, utilizando el leguaje de señas, herramienta que le gustaría usar cada vez más.

Dedicada a la primera infancia. Los fans de Mariana Mallol no sólo son los más pequeños, también los papás de esos niños y eso la hace muy feliz porque significa que está llegando a toda la familia.

“Siempre tratando de dejar a la música primero como un derecho y después como un lenguaje para comunicarnos, para mirarnos a los ojos, para jugar juntos, para aprender, para dejar sonidos que sean significativos en la infancia y la adultez”.

En 1997 Mariana llega a México con el grupo Caracachumba. Venían a participar al Tercer Encuentro de la Canción Infantil Latinoamericana y Caribeña, que se realizó en el Centro Nacional de las Artes (CENART).

La interprete de “Hadas” asegura que México le ha dado todo, desde la oportunidad de impulsar su carrera hasta una familia, por lo cual se siente muy agradecida.

Mariana ha llevado sus canciones a los más diversos escenarios, desde escuelas con pisos de tierra hasta lugares como el Lunario del Auditorio Nacional, pero sin importar donde se presente para ella el contacto con sus fans es importante, porque es ahí donde se da la retroalimentación que necesita para crear.

“Yo me acuerdo de mi abuela Pura jugando conmigo a la pum pum en la palma de la mano, eran dos minutos y bye. Pero estas cosas van tejiendo profundo y hacen que los niños se sientan amados”.

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