“Es una locura, es mucho estrés”, exclama Mónica Huarte. “Es una película con bajo presupuesto, pero hay que hacerla porque es una buena historia”, dice por su parte, Adal Ramones.
Ambos están emocionados y ansiosos porque esta semana filmarán una cinta en plano secuencia de 90 minutos, lo que significa rodar sin cortes de cámara y, si alguien se equivoca y no se resuelve mediante la improvisación, inician desde cero.
El amor (no) es para siempre es secuela de otra filmada en 2016, El amor no puede esperar, disponible en la plataforma Star+, con los mismos personajes.
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Si en aquella sólo era una pareja encerrada en un videoclub, ahora esa pareja está casada, espera un bebé, y acude a una reunión de amigos, dos de los cuales están en proceso de divorcio.
“Ha pasado un año desde que se casaron y mi personaje es la misma de la primera vez, una apasionada del cine, de las películas, pero en esta se encuentra más tranquila, más feliz y como está embarazada, con la hormona alta”, explica Mónica.
“Aquí, si alguien se equivoca, tenemos que ir al rescate, debemos seguir, no podemos parar. Para mí es como regresar a las bases, es volver a tus instintos de cuando empezabas”, agrega la actriz de la serie 40 y 20.
Cámara en mano y una residencia al sur de la capital mexicana, donde el jardín, la sala y un cuarto son los sets, serán las armas del realizador Juan Carlos Carrasco.
En el elenco se encuentran Enoc Leaño (también productor), Amanda Farah, Héctor Jiménez, Marta Fernanda, Moisés Iván, Tania Viramontes, José Carlos Rodríguez y Antonio Monroi.
“Es como teatro, pero hay que cuidar las expresiones exageradas porque como sentimos que es eso... Es una puesta en escena pero manejando la actuación del cine”, comenta Adal.
El amor (no) es para siempre es parte de una trilogía. Ahora, junto con Sergio y David Ocadiz, escribió el guión de esta producción independiente, en la que ningún actor cobra y fungen como socios asociados.
“Todo ocurre en una sola noche en tiempo real, durante la cena, desde que inician hasta que se van. En la pasada hubo un accidente a los 16 minutos cuando la cámara chocó con un personaje y tuvimos que iniciar”.
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El cineasta es amante del plano secuencia. En Santos Peregrinos y Martín al amanecer ejecutó planos secuencia de siete minutos.
“Escribimos pensando en que todo pasara en una sola toma, es más largo, más complejo. Todos los personajes están al mismo tiempo, es como un ballet”, abunda.
La cinta llegará a cines en 2023.
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