“Más vale que haga cosas, porque si no hago hijos”, es lo que responde con humor Adal Ramones debido a su apretada agenda de trabajo que tendrá durante la recta final del año, en la que se enfocará en el montaje de la obra teatral “Un cuento de Navidad, el musical”.
En el marco del Día del músico, que se celebró ayer, el actor tuvo su primer ensayo con la orquesta de esta puesta en escena, que es una adaptación de la novela de Charles Dickens y que tendrá diferentes fechas en diciembre en varios teatros del país.
El también presentador de 61 años tiene experiencia en el teatro en obras como “Los productores”, “Shrek, el musical”, “El joven Frankenstein” e incluso la misma con la que actualmente trabaja “Un cuento de Navidad, el musical”, en el 2019.
“Cuando estrenamos en Monterrey hace cuatro años Cristobal (su hijo) fue de medio año a verme y ahora le toca de medio año a Cayetano (su bebé), cuatro años después; vendrá toda la familia, Paola (su hija mayor) de Los Ángeles y Diego mi hijo también”, señaló en entrevista.
El estreno será el 2 de diciembre en el Auditorio CCU en Puebla, para seguir en el Teatro Galerías en Guadalajara, a partir del 8 de diciembre en el Teatro San Rafael de la Ciudad de México, con una pausa los días 15 y 16 para estar en el Auditorio Pabellón M, en Monterrey y lo que resta del mes en la capital mexicana.
“Ahorita fue el primer encuentro con los músicos con un montón de música que no habíamos oído porque la maestra nos tocaba nuestra pieza, pero nos faltaba escuchar los puentes totalmente completos.
“Está increíble, no hay ecualizaciones, estamos en un lugar donde no es el teatro, pero la emoción de todos de decir: ‘estamos escuchando la pieza completa, éste fue el primer impacto de todos’”, expresó dentro del lobby de dicho recinto teatral donde se montará en la CDMX.
Debido a que están en contrarreloj rumbo al estreno es que Ramones ha estado ocupado tanto en los ensayos en solitario, a la par de la promoción en las diferentes ciudades donde se dará función.
“Sí tengo la voz cansada, la verdad porque tengo dos días de promoción en Monterrey, todo el lunes y el martes me llevaron. Hablé de las 9 de la mañana a las 8 de la noche y otra vez de las nueve a la hora del aeropuerto, llegamos en la noche, se retrasó el vuelo.
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“Sí es una garganta gastada, pero al final de cuentas nada está ecualizado y hay que descansar un poquito, pero lo bueno es que con el micrófono no había la necesidad de proyectar tanto la voz, entonces conforme íbamos encontrando el volumen lo iba cantando”.
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