Si hay algo que a los actores Emily Watson y Paddy Considine no les preocupa en estos tiempos, es pensar en que la temporada de premios se vio modificada por la pandemia.
Ver el cambio que ha tenido la industria en ese sentido no es algo que les entristezca.
“Probablemente suene desagradecido, la primera vez es divertido pero te consume si realmente vas por ello y ganas esas cosas, consume mucho de tu vida, y hay que subirse a aviones, viajar, hacer muchas cosas, quedarte en hoteles, y se convierte no en ser actor sino en otra cosa”, comenta Watson.
“Es muy lindo ser reconocido pero no estoy triste”.
Los actores actualmente forman parte del elenco de la miniserie The third day, cuyo tercer episodio se transmite hoy a las 22:00 horas por HBO y cuyos capítulos previos están disponibles en la app de HBO GO.
La primera mitad de la historia es protagonizada por Jude Law (en el papel de Sam), quien llega a la misteriosa isla de Osea, donde queda varado con sus habitantes y costumbres extrañas cuando la marea sube y el camino de salida se cierra, cosa que sucede en la realidad.
“Había momentos en los que no podías dejar la isla y nos teníamos que quedar ahí; se sentía como estar en un internado, nunca he estado en uno pero era como ‘¿a qué te refieres con que no me puedo ir a casa? Terminé de trabajar y no me puedo ir por otras seis horas’”, dice Watson.
En el episodio de esta noche, titulado “Ghost”, Sam luchará por su vida tratando desesperadamente de escapar. Emily y Paddy interpretan a la señora y señor Martin, quienes residen en la isla y en un inicio le dan asilo al personaje de Law.
“Algo que encontré interesante es que esta gente cree que la fuente misma del bienestar del mundo entero depende de esta isla”, señala Paddy.
“Es uno de los problemas del mundo, que una sola religión piense que son los elegidos, que son los que tienen la razón y todos los demás están equivocados, que ellos son el centro del universo”, añade Emily.
La historia creada por Felix Barrett y Dennis Kelly está realizada dentro del género del thriller psicológico con una constante atmósfera de misticismo religioso. Además, gracias al poder que ofrece la isla alejada del resto del mundo, se convierte en una especie de pesadilla.
“Todo está contado desde el punto de vista de Sam, así que teníamos que mantener el misterio de ello y no revelar mucho, no explicar mucho”, dice Emily.