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No es un blockbuster, pero el realizador Rafael Martínez-García espera que su recién estrenada película "90 días para el 2 de julio" pelee dignamente ante películas como "Barbie" u "Oppenheimer", que están consideradas como las más taquilleras del verano.
“Porque lo que van a encontrar es demasiada honestidad, esta historia se hizo desde las sinceridad y por eso la gente puede verse reflejada, porque conecta con lo que ve en pantalla”, refiere el cineasta.
El actor Armando Espitia coincide: “Sin afán de competir, el valor agregado es la honestidad, es una historia mucho más chiquita, más de personajes, más de seres humanos”.
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El cineasta resalta que todos los involucrados en el filme se sienten orgullosos de estar en cartelera, porque no ha sido un camino sencillo, como tampoco lo fue su paso por festivales (Internacional de Cine de Morelia, Internacional de Cine de Taxco y MIX México).
La película aborda la historia de Luis (Armando Espitia), un joven que deberá permanecer encerrado en una casa por varias semanas sin tener contacto con nadie, ya que el futuro de su novio Andrés (Luis Arrieta), un importante político, podría verse amenazado si su relación sale a la luz.
Martínez-García cuenta que se acercó a cada uno de sus actores con el libreto en mano, con el fin de convencerlos, al ser una ópera prima hecha de manera independiente y de bajo presupuesto (100 mil pesos), teniendo como única locación un departamento en Puebla.
“Mi trabajo fue provocarles esa necesidad de contar esta historia junto conmigo, afortunadamente funcionó”, dice.
Luis Arrieta explicó que a los actores lo que les interesa es contar una buena historia sin importar otros factores; a esto le sumó la posibilidad de darle forma a un personaje complejo:
“Yo nunca veo a mis personajes como buenos o malos, sino como humanos que están haciendo lo mejor que pueden. A pesar de que Andrés trata de hacer las cosas correctamente fracasa; a pesar de que ama, al mismo tiempo tiene miedo por sus creencias religiosas y políticas que no le permiten ser libre”.
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Un catalizador en la trama es Natalia, que interpreta Danae Reynaud, vecina de Luis y aspirante actriz, que da luz a la existencia del joven enamorado.
El filme, que aborda una trama donde se habla el encierro, se rodó justo antes de la pandemia, en enero de 2020. Y finalmente vio la luz este fin de semana, opacado por los megaestrenos.
“Me acuerdo que teníamos unas escenas donde mi personaje sólo tenía que barrer, lavar los trastes... el director me dijo que eran para clarificar el encierro; el hartazgo”, recuerda Espitia.