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jose.montoya@eluniversal.com.mx
Cuando entró en vigor la prohibición del uso de animales en los circos, hubo quien vaticinó la desaparición de este tipo de espectáculo. No fue así porque, en realidad, los empresarios circenses llevaban mucho tiempo trabajando de la mano de Profepa.
“Mucha gente no lo supo pero desde hace más de 30 años fuimos regulados por Semarnat y Profepa y cada año teníamos que entregar plan de protección a los animales, afortunadamente nunca tuvimos problemas”, cuenta Celeste Atayde, directora de mercadotecnia de este circo, que está por cumplir 130 años.
“Ahí te das cuenta que desafortunadamente la gente no tomó en cuenta lo que pasa atrás de la cortina, donde para presentar ese acto hubo muchas horas de convivencia con los animales, muchas horas de cariño, de apapacho, de cuidados y de que estaban atendidos las 24 horas con nuestros veterinarios especializados y fue difícil para nosotros. También fue difícil decirle a la gente de circo, que empieza a especializarse desde muy temprana edad, decirle a un domador de 40 ó 50 años que ahora se convierta en malabarista, pues no es tan sencillo”, dijo.
Recordó que tristemente su opinión no fue solicitada al momento de crear esa ley. “La gente a lo mejor no lo sabe, pero cada vez que se va a promulgar una nueva ley, se tienen que hacer mesas de trabajo con las áreas involucradas, precisamente para llegar a acuerdos y que el impacto negativo sea el menor posible. Nosotros no tuvimos nunca esas mesas de trabajo, fueron leyes que se hicieron sin tomarnos en cuenta y obviamente al haber tanta publicidad negativa por parte del Partido Verde, pues las taquillas se vieron afectadas”.
Ese no ha sido el único problema al que se han enfrentado en 130 años de existencia. Las comparaciones han estado a la orden del día, algo que prefiere tomar con filosofía. “Muchas veces nos han querido comparar con el Cirque du Soleil pero yo digo que manzanas son manzanas y peras son peras, pero si nos comparan con algún circo de Europa si nos aventamos un tiro muy bien. Nos sabemos presentar bien, manejamos mucho la calidad, el respeto al artista y al público; eso se demuestra llegando a 130 años. Tenemos mucho trabajo por hacer y muchos lugares a donde llegar”.
Con ese entusiasmo es que planean sorprender al público con dos fechas en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris el 11 y 12 de octubre, cuando el público, dice, vivirá la experiencia del circo como nunca antes. “Desde su origen en 1888 hemos vivido hasta una revolución, la carpa sirvió de mitin para Francisco I. Madero. Ser el circo número uno de América significa mucho para nosotros”.